El mundo de las finanzas ha demostrado en los últimos años que es imprevisible, que no existe inteligencia artificial ni grandes gurús que anticipen como van a reaccionar los mercados en el corto plazo, puesto que existen demasiados condicionantes en un entorno globalizado que generan una incertidumbre ilimitada con constantes altibajos que nadie es capaz de anticipar.
En este sentido, el índice al que están referenciadas la mayor parte de las hipotecas a tipo variable sobre vivienda en España, el euríbor, pasó, hace menos de un año -en concreto el pasado mes de julio- de una tasa negativa, en la que se había mantenido los últimos seis años, a valores positivos que rozan ya el 4%, al cerrar abril en el 3,757%.
Un indicador que implica que aquellos préstamos vivienda con un diferencial del 0,99% más euríbor en un crédito medio de 150.000 euros a 30 años pagará 300 euros más al mes. En términos absolutos, pasará de una cuota de unos 483 euros a unos 781 por mes, lo que equivale a un desembolso anual adicional de alrededor de 3.570 euros.
Con las mismas condiciones, una hipoteca de 300.000 euros de capital pendiente de amortizar y 30 años por delante de pago tendría que asumir un encarecimiento mensual de 596 euros, es decir, 7.158 euros al año adicionales.
En este escenario, las familias con hipotecas a tipo variable han visto como las cuotas de sus préstamos se han disparado y junto con el resto de sus gastos, desde la luz, el agua, teléfono, los seguros o, por ejemplo, la cesta de la compra, ha diezmado sus ahorros y han perdido poder adquisitivo, dado que los sueldos no se han comportado de la misma forma, con lo que los hogares se han empobrecido enormemente en el último año.
Los expertos financieros señalan que no se espera que mejoren las cosas en el mes en curso para los hipotecados. Muy al contrario, dan casi por hecho que el precio del dinero seguirá al alza al menos unos meses más hasta que pase la tormenta que han vivido en las últimas semanas entidades como el Silicon Valley Bank (SVB), el First Republic Bank y el Credit Suisse.
Un argumento que gana peso después de conocer que la Reserva Federal de EEUU (FED) subió esta misma semana el precio del dinero un cuarto de punto, hasta un rango entre el 5% y el 5,25%.
En esta línea, el BCE también subió este jueves un cuarto de punto los tipos hasta el 3,75% para frenar la inflación hasta que se coloque en el objetivo del 2% que establece la Unión Europea. Incluso, ha amenazado a países como España con medidas restrictivas si en los próximos meses si no ajustan su deuda pública, que despidió 2022 en el furgón de cola de los países con mayores niveles de deuda y déficit públicos, que se situaron en el 113,2% y el -4,8% del PIB. De hecho, España es uno de los cuatro países más endeudados y con mayor déficit del Bloque comunitario.
Un futuro incierto
Las previsiones de los economistas sostienen que el euríbor continuará subiendo durante los próximos meses, aunque a un ritmo «más lento» y condicionado por los movimientos que haga el BCE para ajustar la inflación con medidas que encarecen el precio del dinero y, en consecuencia, los créditos a tipo variable referenciados con el euríbor.
Para las próximas reuniones del BCE, se espera un incremento de un 1%, que podría distribuirse en 50 puntos básicos en mayo y 25 puntos básicos en junio y julio y, aunque estas decisiones seguirán condicionadas por los próximos datos de inflación, se espera que los tipos puedan tocar el 4,50% a mediados de verano. Ante este panorama, no se descarta que llegue al 4% este mes de mayo.