Futbito infinito

Gonzalo Ortega
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El 72 horas de Futbito de San Mateo tuvo lugar desde 1980 hasta 1984. Ahora se limita a vivir en el recuerdo de aquellos quienes fueron partícipes, tanto en el campo como en la grada

Carlos Rodríguez, abajo a la derecha en la foto de su equipo de futbito. - Foto: G.O.

Érase una vez un Torneo de Futbito de San Mateo. No hay que retroceder mucho en el tiempo, tan solo 44 años atrás. En 1980, comenzó a realizarse  un torneo que su aceptación popular fue tal que durante los próximos años que se llevo a cabo, tuvo que incrementar exponencialmente su duración debido al notorio aumento de participantes. 

Tal y como se puede comprobar en la imagen del cartel morado, el Primer Trofeo San Mateo: 32 horas de Futbito (Pro-Cocina Económica) se disputó tal día como hoy de 1980. Durante el 19, desde las 17h de la tarde, y el 20 de septiembre, el Polideportivo Municipal de Las Gaunas acogió este evento que se celebró hasta 1984. 

El campeonato, patrocinado por Pacharán La Navarra, fue un rotundo éxito. Ante tal respuesta, en 1981 se celebró su seguna edición, esta vez, 48 horas de Futbito, dando comienzo la noche del 18 al 19 de septiembre a las doce en punto.

La historia se repitió. A los días y las noches les faltaban horas, porque 48 horas se quedaban cortas. Por eso, desde 1982 hasta 1984, en sus tres últimas ediciones, se celebraron las '72 horas de Futbito de San Mateo', nombre con el que se recuerda a día de hoy. Carlos Rodríguez (Carasa, 1954) y su cuadrilla participaron en todas sus ediciones. Esas memorias son ahora anécdotas que copan la conversación cuando Zorro, Bellido, Laurino, Joaquín y Carlos se reúnen.

«Jugábamos los cinco de la foto, pero teníamos reservas porque eso sino era un cachondeo», afirma entre risas. Rodríguez detalla que hacían «lo que podían», sin llegar nunca a alzarse con el trofeo, porque lo más lejos que llegaron «fue un año que nos quedamos cuartos». «Lo mismo te podía tocar jugar a las dos de la mañana, a las cinco, o a las diez de la noche. Había partidos que íbamos sin dormir y otras, siendo sinceros, algo calentitos, para que vamos a decir lo contrario», revela un secreto a voces.

Rodríguez se acuerda de que «era un ambiente fenomenal y estupendo». «Estábamos todos de fiesta, muy contentos», evoca sobre un torneo que contó con más de 30 equipos en liza. «Había muchos equipos, nos solíamos conocer entre todos, pero también había algún equipo que venía de fuera, desde distintos pueblos riojanos. Además,un año hubo hasta equipos de Bilbao», termina. 

Un torneo de futbito infinito, cuya duración se limitó a cinco ediciones y que ahora pervive en la memoria de todos aquellos que fueron partícipes, bien como jugadores o también, como espectadores, donde la fiesta sí que estaba plenamente asegurada.