El precio del amor perruno

Laura Merino
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Desde la alimentación hasta las visitas obligatorias al veterinario, pasando por los accesorios y la peluquería canina son los gastos a tener en cuenta para el mantenimiento de un can

La veterinaria Cristina Moreno en su clínica atiende a un perro - Foto: Carlos Caperos

La idea y la ilusión de poder contar con un fiel compañero a lo largo de una etapa de la vida, siempre es agradable y es uno de los motivos por los que el perro es el mejor amigo del ser humano. En los últimos años, la presencia de mascotas en los hogares españoles ha crecido de manera significativa. Y ahora, son muchos los amantes de los canes que no se pueden imaginar una vida sin ellos porque estos animales, sin duda, ya forman parte de la familia. Sin embargo, tener un perro es una responsabilidad que requiere de cuidados, tiempo y, sobre todo, una gran inversión económica que muchos propietarios no contemplan antes de lanzarse a esta aventura. 

La peluquería canina se ha convertido en un servicio fundamental para numerosas razas, pues más allá de la estética puede detectar y prevenir diferentes problemas de salud y bienestar de la mascota. 

En la peluquería canina de Elena Chávarri, la propietaria explica que «los precios varían en función  de la raza, del tamaño y el tipo de pelo del perro», pero aunque la media la sitúa en 42 euros, también destaca que un corte para un perro pequeño suele ser 25 euros, mientras que el servicio que un caniche puede necesitar puede ascender a los 150 euros cada dos meses.

No obstante, en su peluquería también vende otro tipo de productos como accesorios y complementos donde el gasto varía en función del criterio del dueño. En el gasto en correas, arneses y collares hay quienes optan por opciones más básicas de entre 15 y 25 euros, pero otros prefieren invertir en abrigos o conjuntos donde la media podría situarse en torno a los 80 euros al año. El perfil de quienes se decantan por esta segunda opción «suele ser gente arreglada, a la moda o jóvenes que quieren poner guapo al perro», asegura Chávarri.

 En cuanto a la alimentación, es otro de los pilares fundamentales en el gasto de una mascota. Aquí, la diferencia del precio entre las opciones económicas y más exquisitas pueden marcar la diferencia. Cristina Moreno, veterinaria en el centro de Medicina Holística Bian Zheng, subraya que la alimentación influye directamente en la salud del animal: «Cuanto más gastes en alimentación, menos gastarás en veterinario. Un pienso de supermercado, basado en cereales y aditivos, puede derivar en alergias y problemas digestivos». 

Veterinario. Las visitas al veterinario no son opcionales y un mantenimiento básico incluye las vacunas, las desparasitaciones y revisiones, lo que supone un coste de unos 50 euros al mes. Mabel Martínez, recepcionista en el centro veterinario Rioja expresa que el coste del chip suele rondar los 40 euros  y unos 30 la vacuna de la rabia que es cada dos años. Sin embargo, cualquier imprevisto puede disparar la factura. 

Moreno explica que una intervención más simple como lo es una limpieza dental tiene un coste de 250 euros, en el caso de la esterilización puede ir desde los 350 hasta los 550 si es por laparoscopia y que cualquier cirugía menor ronda los 300 euros. Pero los gastos preocupantes llegan con las enfermedades crónicas o emergencias: «Un tratamiento crónico, independientemente de si es una diabetes o un dolor, cuesta unos 200 euros al mes, pero una operación estándar puede superar los 1.000 euros fácilmente», añade. 

El problema que Moreno remarca es que con la nueva ley a los veterinarios se les impide recetar el antibiótico que consideran necesario y al cumplir con el procedimiento establecido terminan administrando dos antibióticos, realizando dos consultas y un cultivo porque «es imposible de pagar». Además, añade la importancia de gastar en la educación del animal porque «muchos problemas de comportamiento, conllevan problemas de enfermedades». 

Por ello, si se suman todos los gastos básicos no es de extrañar que para mantener un perro el coste puede ascender a los 1.000 euros al año, teniendo en cuenta que depende del tamaño y las necesidades del animal. Y aunque sin duda es una inversión económica, también es una fuente inagotable de compañía y lealtad.