Supone solo, al menos hasta el cierre del pasado mes de septiembre, un 0,3% del Presupuesto municipal pero constituye una cantidad nada desdeñable para las arcas públicas del Ayuntamiento de Logroño. Las sanciones impuestas por los agentes de Policía Local por faltas contra el cumplimiento de las ordenanzas municipales suponen una recaudación de alrededor de 600.000 euros entre enero y septiembre del presente ejercicio. Dicho de otra forma, unos ingresos que suponen, en los nueve primeros meses del año, el doble de lo que costará iniciar la reforma del paseo de las Cien Tiendas en su primera fase (300.000 euros para la logroñesa calle Beti Jai). O incluso, el incumplimiento de diferentes ordenanzas vinculadas al civismo ciudadano suponen cien mil euros más que el presupuesto de 500.000 euros destinado a las pasadas fiestas de San Mateo.
Así las cosas, los agentes de Policía Local han interpuesto en este periodo de tiempo algo más de dos mil denuncias y de ellas, 1.170 motivadas por orinar en la vía pública. La sanción en este sentido asciende a trescientos euros, 240 si se abona en un plazo máximo de quince días y sin alegaciones.
Teniendo en cuenta que las sanciones económicas, en sus diferentes incumplimientos a las ordenanzas municipales pueden oscilar entre los cien y los seiscientos euros, la media de todas ellas queda fijada en 300 euros por lo que la recaudación, entre enero y septiembre, ronda los citados 600.000 euros, según los cálculos realizados por fuentes municipales.
De esta forma, otras trescientas denuncias fueron impuestas por beber en la calle, teniendo en cuenta que la ordenanza que sanciona este comportamiento en el casco antiguo logroñés entre las doce y las ocho de la mañana adoptó su forma legal definitiva a principios de verano.
También se acumulan, siempre en base a los datos trasladados por las mismas fuentes municipales, otras 280 denuncias por molestias leves y graves, es decir, gritos o cánticos a altas horas de la madrugada. Un incumplimiento sancionado con una multa económica de 120 euros y que ofrece una rebaja del 20% por pronto pago y sin la presentación de alegación alguna.
Protección ciudadana. Los agentes de Policía Local sancionaron también a aproximadamente otras trescientas personas por incumplimiento de los derechos y obligaciones plasmados en la Ordenanza de Protección Ciudadana. En este capítulo, el consumo y tenencia de sustancias estupefacientes aglutina la mayoría de ellas (140), seguidas de cincuenta sanciones por resistencia a los agentes de la autoridad y otras veinte por estar en posesión de armas u objetos catalogados como peligrosos.
Por otro lado, los efectivos de la Policía dependiente del Gobierno Local de la capital riojana tuvieron que intervenir, en estos primeros meses del presente ejercicio en un total de 123 peleas, fundamentalmente de carácter leve.
Denuncias que se interponen fundamentalmente durante los fines de semana.
La mitad de las sanciones van a parar a jóvenes de fuera de la ciudad
Logroño está de moda, al menos en lo que a despedidas de soltero y soltera se refiere o, sencillamente, a un público joven o relativamente joven que decide disfrutar de la noche logroñesa. Todos ellos se llevan de vuelta a sus lugares de origen una sanción, bien por orinar en la calle, bien por consumir alcohol en la vía pública o bien por generar molestias de carácter leve o grave.
El otro cincuenta por ciento de sanciones recae directamente en gente domiciliada en Logroño.
Todo ello teniendo en cuenta, como resulta absolutamente lógico, que los dardos de las denuncias por incumplimientos de diferentes ordenanzas municipales se dirigen directamente a una población joven, la que más sale a disfrutar del ocio nocturno.
Lugar de origen son los únicos datos que permiten dibujar una tímida radiografía del perfil del denunciado que, en la mayoría de los casos son ya mayores de edad.
En el caso de los menores, al margen de las denuncias correspondientes, entran en juego otros factores que pueden derivar en que los agentes contacten directamente con sus padres o tutores.
En cualquier caso, la noche logroñesa ha cambiado con una serie de medidas de carácter restrictivo que apuntan a mejorar la convivencia entre el propio ocio y el derecho al descanso de los vecinos y a residir en una zona de la ciudad en la que domine la limpieza.
Surgen voces críticas en ambos lados. A modo de ejemplo, los aproximadamente 600.000 euros recaudados por el Consistorio logroñés entre enero y septiembre por el incumplimiento de las diferentes ordenanzas permitirían instalar algún urinario público de los que anunció el propio equipo de Gobierno.
Recientemente, el regionalista Rubén Antoñanzas recordó que nada se sabe de una medida que fue bien acogida por el resto de grupos. Incluso en más de una ocasión los propios hosteleros apuntaron que la instalación de estos servicios públicos constituye una obligación en la totalidad de las ciudades.