El pasado 29 de febrero, la Policía Local sancionaba a los propietarios de tres establecimiento habilitados como «merenderos piratas» que supuestamente se alquilaban para celebraciones y eventos sin los correspondientes permisos y licencias. Un año antes, en febrero de 2023, las denuncias por similares motivos llegaron a una docena de estos locales adaptados para la reunión de personas en torno a un evento. 

Sin embargo, los datos facilitados ayer por el Ayuntamiento de Logroño es que actualmente se ha abierto expediente a dos de estos merenderos considerados ilegales o piratas y que en cualquier caso, carecen de la licencia ambiental que exige el Consistorio para este tipo de locales. Una licencia de carácter ambiental que condiciona tener en perfecto orden de revista cuestiones como la insonorización, medidas de seguridad o la salida de humos, entre otras cuestiones. 

El expediente, tal y como confirman desde el Ayuntamiento, supone el cese de actividad mientras no se subsanen las deficiencias.

Revuelta en la zona histórica. En cualquier caso, el tema de los merenderos abre otro línea de batalla en un frente llamado casco antiguo. A las múltiples trincheras vecinales con las que se defienden del sector hostelero, del ocio y del ruido en general, se suman también los merenderos en una batalla por la conquista de un casco antiguo que une y divide. De hecho, el control de este tipo de locales une a vecindario y hosteleros en sus demandas al Consistorio. Unos lazos comunes basados en las molestias que generan a unos, y por suponer una competencia desleal para otros. Es decir, vecinos y empresarios de hosteleria, tradicionalmente enfrentados, suman peticiones para acabar con este tipo de merenderos considerados ilegales.

Desde el Ayuntamiento se ha insistido en reiteradas ocasiones que los locales privados son aptos para uso propio o para cesión familiar pero nunca pueden ser ofertados ni publicitados para su alquiler a terceros.

Para este fin, tal y como recordó el Consistorio el pasado mes de marzo, es preciso presentar un proyecto básico que incluya los espacios mínimos requeridos, seguridad y medidas contra incendios, extintores, insonorización y, definitiva, autorización.