El SMI supone ya el 80% del salario de la pyme riojana

Feli Agustín
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Un estudio de Cepyme indica que el salario mínimo supone el 70% del sueldo medio neto de los trabajadores de esta comunidad con una oscilación de 638 euros brutos según el tamaño y el sector

Trabajadores en una empresa agroalimentaria. - Foto: Óscar Solorzano

La nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.184 euros brutos mensuales, pactado por el Gobierno y los sindicatos UGTy CCOO, ha vuelto a encontrar el rechazo frontal de la patronal, que avisa de los efectos perniciosos que tendrá, particularmente, en las compañías de menor tamaño. El estudio Salarios, repercusión de la subida del SMI, elaborado por Cepyme, alerta de que el incremento mensual de 50 euros en 14 pagas representa más del 70% de la nómina media de las firmas de volumen más reducido, un porcentaje que se eleva en 10 puntos en esta comunidad.

Las pymes suponen el 90% en el territorio nacional, un porcentaje aún mayor en La Rioja, donde, 21.038  de las  21.219 empresas que suma esta comunidad, según el Instituto de Estadística de La Rioja, tienen menos de 50 trabajadores, esto es el 99%. Con este incremento salarial, el SMI supone el 80,1% del sueldo de las pymes riojanas  en un país donde hay 34 provincias donde rebasa el 75% de la remuneración promedio neta.

El presidente de la FER y miembro del comité ejecutivo de Cepyme, Carlos del Rey, argumenta, al respecto, que este aumento no tiene en cuenta el tejido de pequeñas empresas y micropymes riojano, como al sector agrario y los autónomos, porque muchos de ellos pueden entrar en pérdidas o poner en riesgo su supervivencia. 

«Estamos hablando de comerciantes, de hosteleros, de pequeños negocios de nuestros barrios, que siguen sufriendo más costes y ninguna compensación, sino más varapalos a su actividad, siendo como son los que mantienen en gran parte la economía y el empleo de este país», argumenta Del Rey que añade que, además, «se les quiere reducir el horario de trabajo».

El estudio de la patronal abre el espectro y analiza el impacto del SMI en las nóminas de los trabajadores de cualquier sector, independientemente del tamaño de la empresa, y apunta que la cuantía del salario mínimo supone el 61,8% del sueldo medio neto de jornada completa, con lo que supera el umbral del 60% de la remuneración media sugerido por la Carta Social Europea. 

En clave autonómica, señala que este nivel se rebasa en 13 comunidades autónomas, con diferencias de alrededor de 20 puntos en la relación que hay en cada una de ellas entre el SMI y el sueldo medio neto.  En esta comunidad Cepyme sitúa que el salario mínimo supone el 70,1% del sueldo medio neto, que en dos provincias, Ávila y Zamora supera el 80%. El estudio incluye los salarios brutos por tamaño de la empresa y sector, que en La Rioja confluyen en una media de 2.046, de los que 2.061 se pagan en industria, 1.898, en la construcción y  2.017 en servicios. 

La diferencia entre la menor retribución -1.698 euros para un trabajador de servicios de un empresa menor de 50 trabajadores- y la máxima -2.541 de construcción de más de 200- se eleva a 843 euros, de manera que la diferencia con el SMI varía -en términos netos- desde el 46,6% al 69,7%.

«Nulo esfuerzo». El presidente de la FER, Carlos del Rey, lamenta el «nulo esfuerzo» del Gobierno central para alcanzar un acuerdo para actualizar el SMI, asunto crucial, que debe consensuarse en el diálogo social entre empresarios y trabajadores y «no imponerse desde el Gobierno».

Miembro también del comité ejecutivo de Cepyme, argumenta que cualquier aumento debería venir aparejado al incremento de los precios de los contratos públicos, para los licitadores, a pesar de que el Gobierno «ha hecho oídos sordos a todas nuestras peticiones», indica Del Rey, que considera que las subidas constantes del SMI «desincentivan las contrataciones» en las empresas más pequeñas y los autónomos y «generan una gran inseguridad jurídica».

Critica el «abandono» al que se somete al sector agrario, «un gran olvidado de la administración» y reflexiona, como conclusión, que no ha habido negociación en el SMI, una vía que es el camino para alcanzar consensos. «Asistimos una vez más a una situación de arbitrariedad, que producen más incertidumbre y desconfianza en la economía», finaliza.