Los delitos graves y menos graves de lesiones y riñas multitudinarias, como los califica el ministerio del Interior, vuelven a dispararse a lo largo de los seis primeros meses del presente ejercicio. Las peleas se elevan a 130 hasta el pasado mes de junio por las 91 denunciadas en los seis primeros meses de 2023. Son los datos que se desprenden de la última actualización trimestral realizada por la cartera que lidera Fernando Grande-Marlaska con datos procedentes de Guardia Civil, Policía Nacional y en el caso de La Rioja, de policías locales. Y son unos datos que vienen a ratificar la sensación de agentes, de las tres fuerzas policiales presentes en la región, acostumbrados a trabajar a pie de calle.
Ahora bien, las versiones oficiales quedan muy lejos de sensaciones e incluso de los datos que maneja Interior. Dicho de otra forma, el Ayuntamiento de Logroño se limitó ayer a comunicar que las peleas son un asunto de Seguridad Ciudadana y por tanto, las competencias recaen en la Jefatura Superior de Policía Nacional a pesar de que con competencias o no, agentes municipales se ven obligados a intervenir de forma habitual en incidencias de estas características. Es decir, el Consistorio de la capital riojana traslada el balón al tejado de la Policía Nacional.
En la Jefatura invitan a concertar cita para hablar con la Unidad especializada en este tipo de casos sin que, a falta de analizar a fondo el tema, exista la sensación de que este tipo de peleas vayan en aumento.
De nuevo a pie de calle, agentes de ambos cuerpos aseguran que la situación se ha trasladado en reiteradas ocasiones a responsables políticos municipales y estatales y la respuesta suele ir en la dirección de «no crear alarma social».
Se suele aludir también al argumento de que «peleas ha habido siempre». Una afirmación a la que no le falta razón, señala un psicólogo de un centro educativo de La Rioja que al tratar habitualmente con jóvenes prefiere mantenerse en el anonimato. «Claro que peleas ha habido siempre pero antiguamente con cuatro golpes se acababa; ahora se producen episodios muy violentos».
El balance de Interior no discrimina por edades y sus datos, evidentemente, se refieren a todo tipo de edades.
Sí concreta su balance por municipios de más de veinte mil habitantes. Y en este sentido, Logroño acumula la mitad de las riñas multitudinarias y lesiones denunciados durante los seis primeros meses del presente ejercicio en el ámbito de la Comunidad autónoma, seis más que en el mismo periodo de 2023. En el caso de Calahorra, pasan de las 12 registradas en los seis primeros meses del año pasado, a 21 hasta el pasado mes de junio. El resto fueron denunciadas en diferentes localidades riojanas que no concretan los datos de Interior.
Fuera ya de los límites de la capital riojana, el tema de las peleas preocupa, fundamentalmente en verano y coincidiendo con la celebración de las fiestas patronales. En el cinturón de Logroño se han adoptado algunas tímidas medidas. A modo de ejemplo, el Consistorio de Lardero sacó del programa de fiestas el Dj tras las tres peleas «de chavales muy jóvenes» que se produjeron durante San Isidro. Amediados de agosto, «con buen criterio», señalaba hace unos días el alcalde de Navarrete, el Dj que amenizaba la velada en fiestas detuvo la música hasta apaciguar una pelea ya a altas horas.
En Albelda de Iregua, durante la feria de vinos, dos personas se vieron en vueltas en una pelea con heridos, al igual que en Calahorra donde llegaron a enfundar botellas rotas a modo de arma blanca. Uno de los implicados terminó en el Hospital San Pedro y el otro detenido.
En cascajos. Este mismo verano, en una plaza pública del barrio de Cascajos, «varias decenas» de chavales protagonizaron una de esas peleas multitudinarias a las que hace referencia interior. Intervino, por cierto, la Policía Local.
Son alguno de los ejemplos ocurridos este mismo verano y que engordarán los balances del ministerio del Interior del próximo trimestre.
Y al hilo de todo ello, hace ya tiempo que agentes de Policía Nacional y Local alzaron la voz ante el incremento de armas blancas que se detectan en Logroño, fundamentalmente durante el horario nocturno de los fines de semana. Y no solo en jóvenes.
Una cuenta de Instagram publica cinco videos de peleas en Logroño, alguna de ellas brutal
Inmediaciones del Instituto de Educación Secundaria Práxedes Mateo Sagasta a plena luz del día. Dos jóvenes se enzarzan en una pelea. En mitad de la trifulca, uno de ellos propina un certero puñetazo en la cabeza a su contrincante que cae al suelo. Desplomado sobre los adoquines de La Glorieta, el joven, no satisfecho con su victoria, la emprende a patadas por todo el cuerpo de su oponente. Alrededor, uno docena de jóvenes permanecen observando la brutal batalla mientras alguien, en segunda fila, graba la escena.
El video terminó publicado en una cuenta de instagram que alude a «logroo» en su nombre. Son en total cinco grabaciones en diferentes puntos de la capital riojana en las que se pueden comprobar otras tantas peleas o agresiones entre adolescentes.
Una joven que no aparenta ni 16 años, coge de los pelos a otra joven que termina en el suelo. La escena se produjo en la plaza de las Chiribitas, cerca del carpa. En este caso, la pelea, tras sujetarla en el suelo, no llega a mayores. Al igual que en el caso anterior, otros jóvenes asisten impasibles a la trifulca y uno o una graba.
Los cinco videos se subieron a Instagram el 26 de mayo y en la red social permanecen a la vista de cualquiera sin que la cuenta haya tenido más actividad. «En algunos institutos de Logroño ha habido problemas de este tipo a la salida de clase», tal y como coinciden fuentes próximas a la Policía Local de Logroño y un psicólogo acostumbrado a trabajar con jóvenes de colegios e institutos. «Ha habido problemas de este tipo en al menos tres centros de Enseñanza Secundaria» de la capital riojana.
También enfrente del Sagasta, aunque esta vez en horario nocturno y cerca de las discotecas de Duquesa de la Victoria, otros dos jóvenes se ven envueltos en otra pelea. De nuevo, uno de ellos, tras conseguir tirar al suelo a su oponente, la emprende a patadas contra él. «No creo que haya más peleas que antes», señala el psicólogo, «pero sí con más violencia. Instagram ha generado un efecto perverso» en el que ya no vale con salir victorioso, sino de que además se «grabe». Tampoco es necesario que «exista un motivo, hay casos en los que las peleas son por gusto».
Recuerda que justo antes de la pandemia hubo un grupo de jóvenes que organizaban peleas «con apuestas. Quedaban en Riojaforum y cuando la Policía los detectaba allí cambiaban de lugar, por ejemplo, a Ciudad de México». Ahora bien, «debieron aburrirse de eso y lo cambiarían por otras cosas».
Hay que recordar que al margen de las lesiones, la publicación de este tipo de videos puede acarrear otros delitos, entre otros, el de la difusión de imágenes sin permiso, más aún si se trata de menores de edad.