La UR apuesta por el lenguaje no sexista

Feli Agustín
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Junto a otras 54 universidades, suscribe un texto que apela a evitar discursos que ignoren a las mujeres o usar términos inclusivos, como alumnado o profesorado o humanidad en vez de hombre

La UR ya cuenta desde 2017 con una Guía para un uso de lenguaje no sexista . - Foto: Óscar Solorzano

La primera acepción que el diccionario de la RAE contempla para la palabra hombre es un «ser animado racional, varón o mujer», mientras que mujer es una persona del sexo femenino, una dicotomía que la Universidad de La Rioja quiere erradicar de cualquier documento que se escriba, publique o remita desde el centro académico. Con esta finalidad, y junto a otras 54 universidades españolas, ha firmado un documento que pretende proporcionar recomendaciones básicas que promuevan un lenguaje no sexista en el ámbito universitario y en el que, al contrario de lo que señala la Real Academia, se argumenta que el término hombre como genérico no incluye a las mujeres, por lo que propone el uso de humanidad, ser humano o persona. Elaborado por el grupo de trabajo de Políticas de Igualdad de Género de la Conferencia de rectores y rectoras de universidades españolas (Crue), entre las firmantes figuran la Autónoma de Barcelona, la Complutense de Madrid, las de Navarra y Deusto, la del País Vasco, la Politécnica de Valencia, las de Salamanca o Zaragoza, y su redacción se asienta sobre la constatación de que para poder alcanzar una igualdad efectiva entre mujeres y hombres es necesario que el lenguaje refleje esa igualdad. 

«Resulta fundamental utilizar un lenguaje libre de sexismo en el ámbito universitario, ya que somos un espejo en el que la sociedad se mira», se señala en el documento, titulado Recomendaciones para un uso adecuado del lenguaje en las universidades, que apela a ser consciente del valor y la capacidad transformadora del lenguaje.

Define el lenguaje sexista como aquel que utiliza palabras o estructuras que invisibilizan o excluyen a las mujeres, una construcción social fruto de un «modelo androcéntrico» que considera al hombre como medida de todas las cosas y que «refleja, transmite y refuerza un modelo no igualitario». 

El masculino no es genérico. Partiendo de estos supuestos, el documento realiza un conjunto de recomendaciones encaminadas a rehuir el uso de un lenguaje sexista, evitar los discursos que ignoren a los mujeres y mencionarlas donde aparezcan con el fin de «no contribuir a su invisibilización».

Apela también a no emplear el masculino en un sentido genérico para hacer referencia a grupos mixtos y en los que haya más mujeres que hombres, «utilizar la lógica» y anteponer el femenino inclusivo o emplearlo en cargos, profesiones, ocupaciones o rangos cuando sus titulares sean mujeres. 

Invita al uso de términos inclusivos como profesorado o el personal docente en lugar de los profesores; alumnado o estudiantado en lugar de los alumnos; personal investigador en lugar de los investigadores;y las personas tituladas en lugar de los titulados.

Además, y siempre que no se modifique el significado de la oración, indica la necesidad de suprimir el artículo los, omitir el sujeto o emplear el infinitivo y el gerundio  o usar la impersonalidad, como en el caso de «se puede cancelar la matrícula» en lugar de «los alumnos pueden cancelar la matrícula». 

De la misma manera, hace un inciso para las personas no binarias -personas que pueden identificarse con una mezcla de ambos géneros, ninguno o experimentar una identidad de género fluida que cambia con el tiempo- y aconseja  evitar palabras que evidencien el sexo masculino o el femenino y, en su lugar, utilizar palabras neutras o cambios gramaticales o preguntar a la persona con qué pronombre se identifica.

Este documento, y otros recursos, como la Guía para un uso de lenguaje no sexista en la Universidad de La Rioja, elaborado por la UR, se puede consultar en la pestaña del área de la Unidad de igualdad, diversidad y bienestar del centro público riojano, unirioja.es.

El texto aspira a? cumplir con la Ley de igualdad efectiva de mujeres y hombres, que en uno de sus artículos establece como uno de los criterios de actuación de los poderes públicos «la implantación de un lenguaje no sexista en el ámbito administrativo y su fomento en la totalidad de las relaciones sociales, culturales y artísticas».

Zorra y cojonudo. El informe de la Crue constata que el uso del lenguaje ha provocado una dualidad se significados que, usualmente, perjudica a las mujeres. Para justificar su punto de vista echa mano de ejemplos tradicionales y recuerda que ser un zorro se refiere a ser inteligente o astuto, mientras que ser una zorra conlleva una valoración peyorativa. Señala también  que algo es cojonudo cuando es bueno o divertido, pero cuando es aburrido o pesado se dice que es un coñazo. Menciona también vacíos léxicos de nuestro idioma, como la inexistencia de la palabra genias, a pesar de ser gramaticalmente correcta;no hay equivalente femenino a la palabra hombrÍa; o mientras que si la primera dama se refiere a la esposa del presidente no hay expresión equivalente para el esposo de la presidenta.

Guía más completa. Andrea Gutiérrez,  directora de la Unidad de igualdad e inclusión de la UR, informa de que el apoyo de la universidad pública de La Rioja al texto de la Crue no es sino continuar el camino que el centro ya había iniciado en 2017, con la Guía para un uso de lenguaje no sexista en la  Universidad de La Rioja, a la que se puede acceder desde su web, unirioja.es.

«Es seguir en la misma línea y ratificar, por medio de la Crue, las recomendaciones que desde aquí ya se reconocen», señala Gutiérrez, que resalta que se han realizado cursos incitando a la utilización de lenguaje no sexista porque, no solo hay que cumplir las exigencias legales, sino porque «es necesaria» su implantación en el ámbito administrativo, además de fomentarlo en la comunidad universitaria.

Indica que en los documentos administrativos de la UR se «cuida bastante» el uso del lenguaje no sexista y considera que «se ha mejorado mucho» desde que se implementó la guía de 2017. «Se ha visto un cambio, tanto en las comunicaciones, como los formularios que debemos rellenar», señala la profesora que, no obstante, confiesa que «aún quedan cosas por mejorar», aunque considera que van por el «buen camino». Sin  embargo, reconoce que los estudiantes continúan empleando el masculino genérico, una tendencia que, en sus clases, intenta desterrar. «Luego te das cuenta de que ellos, a la hora de redactar, también lo cuidan», relata González, que reflexiona que  el uso del lenguaje sexista no es, en muchas ocasiones, por falta de interés, sino por el desconocimiento de vocabulario alternativo sin resultar redundante.

La directora de la Unidad de igualdad de la UR avanza que trabajan en la elaboración de una guía «más completa, más extensa y con más ejemplos», cuya redacción se asienta en las recomendaciones de la Crue, y que apunta al uso del lenguaje inclusivo en ámbitos como el origen étnico, la orientación sexual, la edad o la discapacidad.