«Se han puesto parches, sin acometer un cambio profundo»

Feli Agsutín
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Íñigo Pérez, uno de los portavoces de los 'chalecos', que impulsaron las protestas, señala que no han rendido sus frutos, aunque valora que fueron un instrumento que permitió visibilizar el disgusto y malestar con los gestores de la política agraria

Íñigo Pérez, uno los portavoces de los chalecos. - Foto: El Día

Con un ímpetu y un espíritu reivindicativo que pilló por sorpresa a las organizaciones agrarias y a las administraciones, agricultores  y ganaderos riojanos -y los  vecinos de Álava y Navarra-, configurados en un movimiento que se conoció  como los 'chalecos' -por la indumentaria que llevaban, similar  a la que se vestía durante un movimiento social en Francia en 2018- protagonizaron hace un año una de las mayores movilizaciones en el campo en varias décadas.  

Uno de sus portavoces Íñigo Pérez reconoce que son pocos los frutos cosechados de aquella siembra, que no considera en absoluto improductiva. «Las movilizaciones sirvieron para visibilizar, de una manera más patente aún si cabe, el profundo malestar del campo con los responsables de la gestión de la política agraria, tanto a nivel estatal como comunitario», señala este labrador, que reflexiona que el papel de las administraciones regionales es más limitado.

Al respecto, afirma que en el principal ámbito de decisión, la Unión Europea (UE), pocas son las  cosas que han cambiado;por lo que compete al Ministerio, menciona el aplazamiento del cuaderno digital, una medida que considera de alcance limitado, pues será obligatorio el año próximo. «Son parches que no llegan a ningún sitio; sin acometer ningún cambio decidido y profundonos vemos igual», afirma Pérez, que duda de las palabras del nuevo comisario europeo de Agricultura, Christophe Hansen, que ha avanzado una simplificación de la PAC. «Cada vez que se ha realizado un anuncio de esas características, la complejidad ha aumentado», afirma Pérez, que informa de que la cuantía de las ayudas ha sufrido una reducción del 30% en el periodo 2024-27.

Los 'chalecos' mantienen el contacto  -el Whatsapp se estableció como una herramienta crucial durante la protesta- y es el desánimo es el sentimiento  reinante en el colectivo porque «nada ha cambiado» y el vínculo que lograron con los sindicatos y estos entre sí «se ha roto en ciertos momentos», como, cita, en la reciente votación de los presupuestos del Consejo Regulador.

«Unos luchan por una cosa, otros por otra, y nosotros estamos en medio», constata este 'chaleco', que afirma que la voluntad de su colectivo es que «todos trabajen para todos», un anhelo que, reconoce, no es fácil de alcanzar.

No olvida tampoco mencionar el acuerdo con Mercosur y muestra su rechazo a los métodos de cultivo en los citados países, vedados en Europa, una prohibición que comparte. «¿Por qué tenemos que comer aquí alimentos producidos  de esa manera?, se pregunta.

El abatimiento se ve profundizado por la situación del sector vitivinícola, aunque ello no resta las ganas de seguir peleando. «Hay que continuar luchando por nuestro trabajo, nuestro futuro, porque todos comamos de una  manera mejor y más sana, y para que podamos seguir viviendo de ello», concluye Pérez, que apela a Europa a defender la soberanía alimentaria porque sino «lo vamos a pagar».