Una reconstrucción a base de 'germanor'

Agencias
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Los valencianos echan mano del histórico espíritu identitario que les hizo alzarse en el siglo XVI para levantarse y superar el desastre

Varios vecinos intentan limpiar el barro y el lodo de su calle, en Catarroja. - Foto: E. Press

Dos semanas después de la fatídica DANA, los valencianos han tirado de germanor, una expresión histórica para referirse al alzamiento que tuvo lugar en el siglo XVI en defensa de los fueros del entonces Reino de Valencia, perteneciente a la Corona de Aragón, para reconstruir las zonas arrasadas por la gota fría en medio de un paisaje aún desolador, en el que el lodo continúa tintando calles y locales y los cuerpos de emergencias no han parado de buscar víctimas mortales. 

Han sido 15 días de dolor, indignación y, también, de solidaridad verbalizados en una frase convertida ya en lema: Solo el pueblo salva al pueblo.

Respecto a las pérdidas materiales, son en este momento incalculables, pero algunas estimaciones provisionales dan una idea de la envergadura de la catástrofe. Daños por importe de 10.000 millones en el sector industrial; 1.873 millones en Educación, Cultura, Universidades y Empleo; más de 800 en cultivos; 331 más en los sistemas de abastecimiento, alcantarillado y depuración de agua y un largo etcétera.

La lista es interminable, pero será mucho más alta la factura que el desastre se cobrará en la salud mental de la ciudadanía. Los especialistas advierten del impacto emocional y recalcan que es «normal» sentir emociones como miedo, tristeza, preocupación, enfado o culpa, así como exteriorizar dicho malestar emocional en forma de llanto, nerviosismo, hiperactividad o hasta cierta agresividad. Es conveniente compartir estas inquietudes y sentimientos y hablar con familiares, amigos y psicólogos si es necesario, subrayan.

La Consejería de Sanidad abrirá en las próximas semanas unidades especializadas en los departamentos afectados por la DANA, atendidos por expertos, que se centrarán en trabajar para que «los casos se queden en estrés agudo y evitar que deriven en trastorno de estrés postraumático».

Sin embargo, la falta de una solución habitacional es para muchos una de las cuestiones más urgentes. Hay 43 municipios con daños graves en viviendas y el Colegio de Registradores calcula que hasta 34.980 construcciones se han podido ver afectadas o presentar problemas. Barrios desfavorecidos antes de las fuertes riadas, como Parque Alcosa, en Alfafar, o el Xenillet, en Torrent, son todavía más vulnerables.

También preocupa, y mucho, la saturación de los sistemas de alcantarillado ante una acumulación de unos cinco millones de metros cúbicos de fango. El colapso de estos circuitos se relaciona con problemas de salubridad y ambientales. 

Un trabajo titánico

Tras el shock colectivo inicial, ya se ha empezado a pensar en la necesaria reconstrucción, un trabajo que se adivina gigantesco. Para arrancar, el Gobierno ha aprobado las primeras iniciativas, un paquete de ayudas de más de 10.600 millones de euros y un escudo laboral. También la Generalitat ha comenzado a dedicar partidas a subvenciones y aprobará medidas «rápidas» de ayudas fiscales y de simplificación para los afectados.

A ese germanor valenciano se ha unido también la imagen de la solidaridad de miles de ciudadanos que han cruzado la pasarela que une la capital con las pedanías para armados con escobones contribuir a limpiar las vías anegadas. 

Ese ejército de voluntarios se ha reforzado con personas venidas de toda España y del extranjero, turistas que pasaban sus vacaciones en Valencia y han abandonado el ocio para echar una mano, personas de diferentes razas y religiones. El pueblo. Ese pueblo que ha sacado lo mejor de sí mismo en medio de la adversidad.