El Oasis es, desde hace 23 años, el punto de reunión de la Peña Crianza Rojilla, el grupo de incondicionales de un Calahorra que no está atravesando su mejor momento. En vísperas del derbi con el Alfaro, Héctor Merino (Calahorra, 1983), su presidente, aprovecha una pausa para disfrutar de su desayuno. «Aquí tenemos nuestra sede social y es aquí donde nos reunimos en las previas de los partidos», informa. Aunque en los días de partido consume algo más fuerte, de par de mañana prefiere un «té rojo» para no disparar sus pulsaciones.

Los rojillos atraviesan un «momento complicado» y como tal«toca afrontarlo». «Los números y las sensaciones no son buenas pero hay margen para reaccionar», confiesa un sufridor que rara vez se pierde una cita de su equipo. «Los fines de semana veo mínimo un par de choques. Del primer equipo, el último año en Primera RFEF vi todos in situ aunque podemos decir que de una media de 38 jornadas, suelo ver en el campo unos 36», cuantifica. Sobre la llegada de Catar reconoce que «faltan explicaciones» y que es «pronto» para hacer valoraciones «concluyentes».

El Calahorra, tras una etapa gloriosa en la que peleó por el ascenso a Segunda, vive su segunda campaña en la cuarta categoría«seguramente la que nos pertenece». «Fue bonito la Primera RFEFporque visitamos estadios históricos como el de Riazor», rememora.

Su mejor recuerdo como seguidor rojillo está anclado a 2017 cuando «nos hicieron calagurritanos de honor a la peña Crianza Rojilla». El peor mira a una década antes «cuando estuvimos tres años en Tercera sin jugar el 'play off'». «Pero nos vino bien como aprendizaje», rememora.

En vísperas de recibir a los blanquillos, reconoce que «no recuerdo ningún derbi con especial rivalidad» aunque los aficionados rojillos más veteranos sí hablan de encuentros encarnizados con el Arnedo.«Aunque yo no lo he vivido», acota.

Pese a su pasión, afirma abiertamente que desde la pandemia ha bajado la afluencia de público a La Planilla y que en Crianza Rojilla, con algo más de 150 socios, «falta relevo generacional». Él sigue porque como el lema de la peña «soy de Calahorra y del Club Deportivo Calahorra». Es más, si tiempo atrás dividía su pasión con el Madrid, ahora puede decir que «me gusta cada vez menos el fútbol y más el Calahorra».