El desabastecimiento llega a 60 fármacos, alguno prioritario

R. Muro
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El desabastecimiento en los despachos de La Rioja «cabrea» a los clientes y desespera a las farmacias

Una empleada de una farmacia logroñesa. - Foto: Óscar Solorzano

Espidifen, Serviprox,  y Ozempic son algunos de los fármacos que se hacen de rogar en las farmacias riojanas desde hace ya tiempo. El desabastecimiento va camino de convertirse en crónico para «cabreo» de algunos clientes y para desesperación de los farmacéuticos. Son alrededor de 60 los fármacos que figuran actualmente como «pendientes» en los pedidos de las boticas riojanas y «cuando llegan lo hacen con cuentagotas». En la farmacia Del Carmen, en la logroñesa calle Villamediana el apartado de pendientes ascendía ayer exactamente a 59, según los datos trasladados por José, farmacéutico titular. En Mercedes, en el barrio de Cascajos, «tenemos pendientes sesenta o algo más», detalla Javier, propietario de una de las farmacias de la capital riojana que no cierra a mediodía.

Ahora bien, entre tanto fármaco ausente en las vitrinas de los establecimientos, el problema se concentra en unos cuantos medicamentos que podrían calificarse de imprescindibles. Dicho de otra forma, el Espidifen tiene sustituto, como recuerda Mario Domínguez, presidente del Colegio Oficial de farmacéuticos de La Rioja. Sin embargo, otros como el Ozempic, recetado para tratar algún tipo de diabetes, se administra «también para adelgazar». Es decir, su demanda aumenta por encima de las cantidades que se reciben en farmacias. Al Diclofenaco, usado para el tratamiento de la artritis reumatoide «le cuesta llegar y cuando llega lo hace muy poco a poco», recuerdan desde la farmacia Mercedes de Cascajos.

Otro de los fármacos que escasea actualmente es el Sumatriptán, indicado para el tratamiento de migrañas. Un medicamento que suele originar «un peregrinaje de farmacia en farmacia» por su valor para los afectados de fuertes dolores de cabeza. «No hay», señala Domínguez «y en estos casos el consejo farmacéutico es acudir al médico y buscar una alternativa» que solucione el problema».

El presidente del Colegio Oficial no cree que la situación «esté peor que hace unos meses». Una visión que no comparten en Mercedes, donde no se atreven a argumentar una explicación certera para una situación que afecta a los clientes pero también a negocios.

No obstante, en opinión de Mario Domínguez, los motivos que podrían explicar el desabastecimiento o la falta de stock pueden  enfocarse «en un problema con las materias primas, en los propios sistemas de fabricación e incluso en la obligatoriedad de cambio de materiales. Algo tan sencillo como que  los productores tengan que cambiar el tapón de plástico por otro de aluminio». A ello se suma, cita a modo de ejemplo, que «si todos echamos gasolina el mismo día, el surtidor se queda sin gasolina», concluye.