El 17 de junio de 2021, Raúl Llona no cabía en sí de gozo. La Sociedad Deportiva Logroñés presentaba a Jon Ander Pérez (Vitoria, 1990), un delantero con un caché, entonces, muy por encima de la entidad. El alavés acabó haciendo ocho goles en la temporada del estreno en Primera RFEF.
Poco después se le sumó Mario Soberón (Unquera, 1997) que firmó nueve dianas al servicio de los blanquirrojos.En el verano de 2022 cambió Logroño por Elda y ahora ya suma dos presencias en Segunda división.
Su puesto fue ocupado por Iker Unzueta (Abadiño, 1998), el máximo goleador del club en Primera RFEF. El vizcaíno se destapó con doce dianas, prácticamente la mitad de ellas de penalti. Solo falló una (todos los aficionados saben cuál) y solo se perdió un encuentro, enAlicante frente al Intercity por acumulación de amonestaciones. El vasco fue de los primeros en deshojar la margarita y se comprometió con el Vizela portugués. Aún no ha debutado en la elite lusa pero el atacante supo rentabilizar el trampolín que le brindó la SDL.
Los aficionados ya no añoran ni a Jon Ander, ni a Soberón ni a Unzueta. Jordi Escobar (Sant Cebrià de Villalta, 2003) ha necesitado dos partidos en casa para erigirse en el heredero natural de todos ellos. Suma dos goles y una asistencia (a Rubio en el 3-0 el pasado domingo ante el Sestao) en apenas 270 minutos. Además, anotó otro en O Carballiño aunque fue invalidado por fuera de juego.
Su irrupción ha sido tal que algunos directores deportivos de Segunda ya han puesto los ojos en el catalán, un atacante que define como Unzueta (marcó todos sus goles al primer toque) pero que se asocia como Soberón.
Aunque no es su debut en la categoría (en la 21-22 disputó 500 minutos en 17 partidos con el Barça Atlètic, festejando un gol ante el Castilla), ésta puede ser la temporada de su eclosión después de purgar el pasado año en la SegundaRFEF.
La irrupción goleadora de Jordi Escobar es la mejor noticia de un buen arranque de temporada en el que los riojanos suman seis unidades de nueve en juego.