Desde mayo de 1996 a abril de 2023, más de 7,2 millones de personas nacidas en el extranjero vinieron a trabajar a nuestro país. El 1 de abril de 2023 había en España 8,3 millones de personas foráneas, de las que más de 6,5 millones eran extracomunitarios. Ello ha permitido cubrir huecos en el mercado laboral español, vacantes generadas por una baja natalidad que amenaza con convertirse en endémica, y que ha conducido a un mayor número de jubilaciones anuales que de natalicios.
La inmigración, según señala el Observatorio Demográfico del pasado julio de CEUSan Pablo, ha servido también para cubrir algunas ocupaciones ante la falta de españoles poco dispuestos a realizar ciertas tareas con sueldos más bajos, como el cuidado de ancianos, o de mayor exigencia por diversas razones, como construcción u hostelería.
En el caso de esta comunidad, la Estadística Continua de Población, publicada hace unos días por el INE, confirmaba un aumento de la población, que alcanza ya los 322.282 habitantes, frente a las 315.223 personas de hace una década, un máximo histórico que hay que agradecer, precisamente a la población de origen extranjero. Eran un total de 44.336 habitantes foráneos en La Rioja al cierre de 2023, un 15% del total, frente a los 35.980 de 2013, [ejercicio en el que se produjo un fuerte descenso de de 5.322 habitantes], pero sin llegar a alcanzar el máximo histórico de 2009, año en el que el total de extranjeros era de 45.863.
A nivel nacional, el porcentaje de población migrante era algo inferior, del 12,1%, con las provincias de Alicante (22,9%), Almería (22,4%) y Girona (21,8%) con las de mayor población extranjera; en el extremo opuesto se situaban Jaén (3,4%), Córdoba (3,5%) y Badajoz (3,8%).
De igual manera que mantiene la demografía, la población de origen foráneo es también crucial para soportar el mercado laboral tanto nacional como riojano: según el estudio de CEUSan Pablo, el 20% de los empleos en el primer trimestre de 2023 estaban ocupados por inmigrantes, en especial en ciertos tipos de trabajos y sectores de actividad, como la agricultura o la construcción. Por lo que respecta a las comunidades autónomas, el peso es muy desigual y , en el mismo periodo, según la EPA, el 31,6% de las personas con empleo en Baleares habían nacido en el extranjero, que era del 28,2% en Canarias, y del 26,5% en Madrid. En el otro extremo, en Extremadura no llegaban al 7%, y en Ceuta, al 6%. En el caso de La Rioja, y según la misma encuesta, su peso era del 21,7, algo por encima del 19,9% de la media nacional.
La Seguridad Social rebaja las cifras en todos los casos y elevaba al cifra al cierre de 2023 a 2.668.776, un nuevo máximo de ocupados y una tasa del 12,8% sobre el total de 20,7 millones de cotizantes.
En La Rioja, también se superó la cifra global de afiliados extranjeros, con 19.146, un 14% de los 136.555 afiliadoos riojanos, una cifra que creció en enero hasta los 19.516, constatando un peso innegable y creciente sobre la economía de esta tierra. Si bien es cierto que su crecimiento en la última década no ha sida tan acusado como en otras comunidades autónomas -porque ya se partía de cifras más elevadas-, también su presencia se incrementado en el mercado laboral desde el 9,5 de finales de 2013, cuando la cifra era de 10.883 en un entorno global con 113.2509 cotizantes.
Hostelería. Esta alza en una década se ha producido prácticamente en todos los sectores, pero su importancia es muy elevada en tres, hostería, donde son ya más uno de cada cuatro trabajadores los que trabajan en el sector, un 28% tras crecer ocho puntos en una década;construcción que, con un crecimiento aún mayor, de cerca del 10%, se acercan al 25%; y en transporte, donde son ya el 22,6% de sus empleados, cerca de diez puntos más que hace una década. Y su presencia roza el 20% en actividades administrativas y servicios auxiliares, con un avance de ocho puntos en diez años.
Si en los cuatro ámbitos con mayor fuerza laboral migrante ha crecido el número global de empleados, no ha sucedido lo mismo con la industria manufacturera, sector que amparaba en 2013 a 27.795 trabajadores, de los que 7,1% era foráneos mientras que diez años después eran 25.208 activos los que cotizaban en este sector, de los el 12,4 eran extranjeros. A cierre de 2023, la fuerza laboral oriunda esta conformada por 7.698 trabajadores procedentes de la UE, de los que la inmensa mayoría, 5.788, son rumanos. Entre los extracomunitarios, que son 11.943, los marroquíes suman 2.954 y son 1.860 los trabajadores procedentes de Colombia.