Hace 125 años, cuando la artesanía marcaba el pulso de la vida cotidiana, nació un negocio peletero en Logroño que unía habilidad, creatividad y elegancia. Este arte milenario, dedicado a trabajar con pieles para crear prendas y accesorios de una calidad inexplicable, ha perdurado en el tiempo y tras varias generaciones Antonio Domingo ha conseguido mantener vivo ese legado con el que comenzaron varias generaciones atrás. Y aunque ya está jubilado, Domingo ha dedicado toda su vida a este oficio y hoy aconseja a sus hijos sobre esta labor en su tienda Extrapieles.
«Estoy enamorado de mi oficio y me mantengo siempre informado de la demanda, los colores, los tipos de pieles para elaborar de formas diferentes», asegura contento, destacando que hacen prendas para mujer, para hombre e incluso para niños, pero haciendo hincapié en que los jóvenes son los que más están mostrando interés.
Domingo explica que esta industria, al igual que muchas otras, ha vivido una gran crisis pues el sector «ha ido desapareciendo» al pasar por «unos años de muchas dificultades». Además, la gran preocupación medioambiental y por los animales de los últimos años tampoco ha ayudado, pero son «defensores de las pieles y la recuperación de producto porque si no habría que tirarlo a la basura» ya que el animal «primero se utiliza para la carne». Y aunque en su momento el sector se paralizó, Domingo también expresa sorprendido que ahora «la peletería está evolucionando y se encuentra en un momento positivo a nivel mundial».
Por este motivo, le están dedicando a la confección hasta «cuatro o cinco meses» ya que crear una prenda desde cero requiere de mucho tiempo y trabajo. Domingo explica que en el proceso hay que tomar las medidas del cliente para que elijan la mejor opción, obteniendo el patrón que será «el resultante de una prenda bien confeccionada». «Así el cliente tendrá una prenda nueva y diferente porque es artesanía pura», concluye.