«Estamos convencidos de que las tasas de idoneidad y el fracaso escolar se podrían reducir si somos capaces de detectar los problemas de manera anticipada», asegura Elena Betés Novoa, CEO de la compañía internacional de tecnología educativa, Dide.org.

El informe elaborado por la compañía, basándose en los últimos datos oficiales publicados, refleja que, si pudieran detectarse dificultades en el 10% de alumnado riojano que repite curso o abandona los estudios, lograría un de 3 millones de euros.

Entre las situaciones más frecuentes que derivan en fracaso escolar, Betés Novoa destaca «problemas de aprendizaje no detectados en educación primaria, de comprensión lectora, escritura... y que al llegar a secundaria genera fracaso escolar».

A las dificultades de aprendizaje en etapas tempranas se sumarían también los problemas sociales entre los propios alumnos «en muchas ocasiones hay dificultades relacionadas con el desarrollo social, cómo estoy interactuando, cómo me muevo en el centro... El acoso escolar puede provocar el abandono del centro, no por fracaso escolar, si no porque me he sentido expulsado de ese entorno, me he sentido desprotegido».

Situaciones cuyas consecuencias que, indica Betés Novoa, se hacen visibles durante la educación secundaria, y tienen impacto directo en el mayor índice de abandono escolar en esta etapa. «En la ESO hay una etapa muy importante de gestión emocional, cuando una persona abandona los estudios es porque le están generando ansiedad, normalmente por aspectos de los que nos damos cuenta en secundaria y que no hemos sido conscientes antes».

Por ello, señala como las claves para abordar con éxito el fracaso escolar «detectar precozmente y una educación personalizada».

Posibilidades laborales. «Cuando la economía va bien crece el abandono del colegio porque se ven más oportunidades laborales, pero cuando la economía va mal entiendes que, o te educas más, o vas a tener la vida muy complicada» indica Betés Novoa, explicando con ello el pico de descenso de fracaso escolar que coincide con las crisis económicas.

«Es verdad que la principal influencia de la tasa de idoneidad -alumnos que se encuentran en el curso que les corresponde- es el entorno económico en el que estamos, más que las leyes de educación, que realmente no generalmente tanto impacto» señala.

Mientras la tasa de idoneidad es estable en primaria, en la ESO es más irregular, «el mundo laboral está más cerca y, si hay mucha demanda, es más probable que dejen de estudiar, y al contrario».