El recién publicado libro 'Imperio mío. Apólogos de la conquista' recoge "testimonios de primera mano" de los protagonistas, tanto españoles como indígenas americanos, que vivieron el periodo del imperio español en América, indica su autor, el historiador Óscar Calavia.
Calavia (Logroño, 1959), quien es director de estudios en la 'École Pratique des Hautes Études' de París, ha explicado que este libro, publicado por la editorial riojana Pepitas de Calabaza, aborda "lo que se ha llamado desde hace siglos la conquista de América", así como "los modos en los que ese episodio ha sido, y sigue siendo, tratado y entendido".
"Me parece que se suele abordar, un poco, como una cuestión de balance de hazañas y fechorías, ver qué se hizo bueno, qué se hizo malo, y, sobre todo, si ese episodio fue mejor o peor que otros semejantes de otras empresas imperiales", ha precisado.
Pero, para él, "ese no es el modo interesante de tratar con el pasado, que siempre es algo mucho más ambiguo, rico y lleno de consecuencias".
Ha destacado que en 'Impero mío' se propone mirar a aquel momento histórico "más de cerca, no a partir de grandes resúmenes de cuántos muertos, guerras y tierras conquistadas hubo", sino de ver lo que se contaba en la época porque, "para suerte de los historiadores, fue un periodo en el que escribían mucho tanto los protagonistas españoles como los indígenas americanos".
Así, ha proseguido, este libro recoge "las voces de aquella época" a través de testimonios directos de los protagonistas inmediatos de la historia y de personas que hablaron con ellos, además, junto a ellos, están "los legisladores, polemistas y políticos, porque es cierto que estos últimos también entraron en la jugada".
Este historiador ha resaltado que "las referencias del libro son, básicamente, crónicas, cartas y memorias que no hay que buscar muy lejos, sino que todas se encuentran con facilidad editadas y en bibliotecas", es decir, que "no son manuscritos desconocidos".
Sin embargo, ha continuado, estas referencias son poco usadas cuando se va a tratar esa época, lo que "es una pena porque en esos textos las cosas aparecen con más matices y son mucho más interesantes, humanas, vivas y crueles que lo que se puede encontrar en un manual de historia".
Evitar los anacronismos
"Imagino que hay mucha gente para la que hace falta una versión bien definida, fácil, simple, contundente y bien posicionada, pero yo creo que en ese tema, como en tantos otros, no hay historia para simples", ha remarcado.
Por ello, ha apuntado, "es fundamentalmente dejarse llevar por las fuentes, leer y evitar los anacronismos. Ciertamente, lo que ocurrió hace 500 años, ocurrió hace 500 años y la conducta de las personas ha cambiado porque el contexto ha cambiado".
Sin embargo, "encontramos enormes analogías entre lo que es esa relación, por ejemplo, entre invasores europeos y poblaciones nativas", ha afirmado.
Ha señalado, como un factor importante del libro, que "está atento a una cosa que no está muy de moda en el debate público, que son las diferencias de clase, porque los españoles no son un bloque y los indios tampoco".
"En los episodios más famosos de esa época, los de México y los de Perú, tenemos situaciones en las que las diferencias entre la aristocracia y el pueblo más llano son abismales, igual que lo eran en España", ha asegurado.
Ha recalcado que "buena parte de lo que ocurría, así como las leyes que defendían a los hijos, la política de matrimonios o no matrimonios, la explotación o no explotación, lo amistoso o no amistoso, dependía de manera inmensa de esas cuestiones (de clase) y de si se trataba con un noble o con un 'macegual' o peón, como se decía en México".