La localidad riojana de Tricio ha celebrado este domingo su Festival del Caracol, con una carrera que se ha celebrado de la misma manera que en años anteriores, ante centenares de visitantes atraídos por esta actividad y por la multitudinaria degustación de este molusco.
Hace dos días se celebró en Tricio un "paseo en burro" que sustituye a la carrera que desde hace décadas se celebraba en el municipio, pero la decisión del cambio se tomó porque en los últimos años había bajado el número de participantes y ya no se reparten premios en metálico, ha explicado a EFE la alcaldesa del municipio, Sandra Pulido.
Ha asegurado que al Consistorio no le ha llegado ninguna notificación oficial de una denuncia por maltrato o por organizar espectáculos con animales, como se había llegado a publicar.
Por eso también han decidido que no existían motivos para cambiar la carrera de caracoles, que tiene ya 36 años de antigüedad, siempre de la misma forma, como una prueba de arrastre de peso, en el que los caracoles son unidos a una lata de conservas (prácticamente todas de espárragos, de 250 gramos) por un hilo y una gota de pegamento en el caparazón.
Durante cinco minutos cada caracol debe desplazar esa lata lo máximo posible (el récord, desde 2001, está en 26,5 centímetros), aunque muchos optan por no avanzar, por ir hacia las calles de al lado o simplemente recorren unos pocos milímetros ante la mirada de desilusionada de sus niños.
No se obliga a los caracoles
"No es ningún maltrato", insisten tanto desde el ayuntamiento como los organizadores de la carrera, que recalcan, además, que, en cualquier caso esta prueba es solamente un evento para niños (más de 70 en esta ocasión), muchos de los cuales "miman" a sus caracoles de competición durante semanas.
Algunos "incluso traen el mismo caracol durante años", ha afirmado el organizado, Pedro Julián Alegría, que ha recordado que Tricio "es un pueblo caracolero" y "antes se organizaban otros espectáculos, pero desde hace 36 años es una carrera a la que vienen muchos niños" y "no tendría sentido hacerlo de otra forma, sin que se arrastre peso, como se rumoreaba" porque "además son los propios niños los que quieren saber qué caracol puede más".
"Estoy convencido de que el caracol no sufre y no entiendo que se diga lo contrario", ha incidido el organizador de esta prueba.
En la misma línea, la alcaldesa de Tricio, Sandra Pulido, ha reconocido que siente "un poco de rabia" porque "se ha dicho que había una denuncia contra el Ayuntamiento y no sabemos de dónde ha salido" y quizás "se ha tratado de un comentario que ha pasado de unos a otros y al final el bulo se ha hecho una bola grande".
Ha justificado el cambio en la carrera de burros en que "se quitaron los premios económicos y ya solo participa gente del pueblo"
Y en el caso de los caracoles ha recalcado que "aquí no hay ningún maltrato, no se obliga al caracol de ninguna manera y son ellos (los moluscos) los que demuestran la fuerza que tienen para lo pequeños que son, que es lo que más le choca a la gente y sobre todo a los niños, porque al final esto es una fiesta infantil".
Una fiesta integrada en un festival en el que "recordamos que este es un pueblo de caracoles y así logramos atraer en este día a muchas personas, porque esta es una degustación que no se ofrece en otros sitios", ha concluido la alcaldesa de Tricio.
Una fiesta con más de medio siglo
El origen de la carrera para gasterópodos se atribuye a unos visitantes de Tricio que se sorprendieron al ver cómo un caracol, muy presente en las huertas del pueblo, era capaz de arrastrar un zapato.
Sin embargo, años antes de 1986, Tricio ya era conocido por su festival del caracol, organizado desde los años 70 por José Fernández, Tio Chito, un personaje retratado incluso por Camilo José Cela en una crónica como "organizador de carreras de caracoles" ya que ideó una prueba de velocidad y de rampas para caracoles, pero sin arrastre, en la que uno llegó a superar 1,2 metros en cinco minutos en 1972.
Ya por entonces, cientos de personas acudían a Tricio en sus fiestas patronales con la excusa de ver esta singular prueba pero, en realidad, buscaban degustar un plato de caracoles cocinado al estilo más tradicional, con chorizo, panceta, tomate y pimiento, que este domingo han degustado casi un millar de personas.
Estas raciones han sido cocinadas por Feli Balanza, que cumple tres años al frente de esta "caracolada", en la que emplea panceta, chorizo, tomate "y un poco de laurel" además de "paciencia" para cocinar la salsa, ha explicado la cocinera, que cuenta con "un batallón" de ayudantes.
Resultados muy ajustados
La prueba de 2024, en lo "deportivo" ha estado marcada por la igualdad entre los caracoles que se han llevado los premios, con mejores marcas que el año pasado pero lejos del récord.
"Velociraptor", de una niña riojana de 8 años llamada Marlen ha logrado que su lata se moviera 12,2 centímetros sobre el tablero, dividido en calles, en el que se disputa la carrera y ha recibido por ello un premio de 40 euros, además de las golosinas que han entregado a los 67 participantes.
Apenas ha avanzado dos milímetros más que el caracol de Marta, de 12 años y de Vitoria, mientras que el tercer puesto ha sido para el hermano de esta última, Peio, de 10 años, que se ha quedado a un solo milímetro del segundo puesto.EFE