Los dos acusados de asaltar una vivienda en Entrena y golpear a sus dueños han aceptado este lunes, respectivamente, una pena de 9 años de cárcel por un delito de robo y dos de lesiones y otra pena de 2 años como cómplice del robo, tras rebajar el fiscal su petición inicial de 25 años.
La Audiencia Provincial de La Rioja ha celebrado la vista oral por estos hechos, ocurridos en noviembre de 2022, en los que también intervinieron dos menores que no han sido encausados en este procedimiento.
El acusado ha aceptado una pena de 4 años y 2 meses por un delito con robo con violencia e intimidación y otros 4 años y 10 meses como autor de dos delitos de lesiones con medios peligrosos a los dos ancianos propietarios de la vivienda que asaltó, con las circunstancias agravantes de alevosía y disfraz.
En concepto de responsabilidad civil deberá indemnizar a la mujer con 11.000 euros por las lesiones y sus secuelas y otros 25.000 a los herederos del anciano, quien falleció en abril de 2023.
El fiscal ha retirado su petición de 12 años de cárcel por dos delitos de detención ilegal para ambos acusados y ha modificado su acusación para la segunda acusada, a la que solo considera cómplice del robo, ya que ella se quedó en la calle durante el asalto y robo de la vivienda.
Los dos acusados deberán abonar a la asegurada de las víctimas 2.547 euros en concepto de indemnización por el valor de los objetos sustraídos.
El acusado se encuentra en prisión provisional desde que sucedieron los hechos, mientras que la procesada estaba en libertad provisional y no entrará en la cárcel a cambio de no delinquir en un plazo de cinco años.
Los dos condenados, en sentencia firme tras aceptar la pena durante la vista oral, han reconocido que se desplazaron en furgoneta junto a dos menores hasta la localidad riojana de Entrena y se dirigieron a un edificio con dos viviendas habitadas por un hombre y una mujer, de 88 y 79 años, respectivamente.
Una vez en la zona, realizaron labores de vigilancia y la acusada se quedaba con la furgoneta en un descampado cercano para facilitar la fuga.
Cuando el dueño de la vivienda salió de la casa, los menores accedieron al interior del edificio a través de una puerta lateral y subieron al piso en que el vivía la mujer, quien les abrió la puerta cuando llamaron al timbre y después entraron sin su autorización.
Allí, golpearon a la mujer y le exigieron dinero, hasta que regresó el otro propietario a su vivienda y, mientras abría la puerta del edificio, el acusado, que llevaba el rostro cubierto, se le acercó por detrás, le empujó y le obligó a entrar dentro de la casa.
Después, los menores y el procesado le tiraron por las escaleras y, cuando estaba en el suelo, le asestaron múltiples puñetazos en la cara y en las costillas.
A continuación, le colocaron un trapo en boca mientras le gritaban que les diese la llave de la caja fuerte o le matarían, y se quedaron con 300 euros que el anciano llevaba en la cartera.