El desescombro en las instalaciones de la fábrica de Calzados Fal de Arnedo, que quedaron devastadas tras un incendio en la madrugada del 2 de diciembre, se iniciarán de inmediato. Así se lo comunicó el comité de empresa a los alrededor de 70 trabajadores que permanecen en ERTE después de que la dirección de la compañía de Arnedo les comunicara el martes que ya han concluido las investigaciones respecto al origen del fuego, cuyas causa no se han llegado a dilucidar, aunque sí se ha confirmado que no fue provocado.
Con acuerdo en la indemnización que ha de abonar el seguro, aunque sin haber concretado las fechas de pago, la intención de la compañía fabricante de calzados Chiruca es arrancar la limpieza del solar en unos días, una tarea que se prolongará por un periodo de dos meses. Posteriormente, la voluntad es iniciar la reconstrucción de la nave que quedó destruida en el incendio.
Mientras tanto, la dirección ha informado al comité que, del número global de 122 trabajadores, 36 están trabajando, 13 están de baja y el resto permanece en ERTE, una cifra que se reducirá entre 8 y 12 los próximos días, al incorporarse a las instalaciones de Art Company (Invulsa) en Quel para arrancar la actividad productiva.
Menos de los previstos. «Lo que nos ha dicho la empresa es que en febrero deben estar trabajando entre 45 y 50 trabajadores», señala Juan Pedro López, presidente del comité, que destaca que esta cifra podría supone hasta un tercio menos de los hasta 25 que prometió la empresa en la reunión que mantuvo con el comité el pasado 11 de enero.
Este anuncio ha provocado una profunda desilusión en parte de la plantilla porque «muchos jóvenes esperaban poder incorporarse al trabajo, por lo que se han quedado disgustados», relataba el presidente del comité de empresa tras la asamblea que mantuvieron ayer los trabajadores en ERTE en la Casa de Cultura de Arnedo. La dirección de la compañía ha justificado esta reducción en el periodo de adaptación que, entienden, deben afrontar los operarios en una cadena productiva que no es la de Fal.
En este contexto, recuerda las estrictas condiciones que exige un ERTE de fuerza mayor -el que ampara a los trabajadores- entre las que figuran la prohibición de la realización de horas extras y de contratar a algún operario que no esté en nómina de la empresa, que debe garantizar, tras la extinción del ERTE, al menos seis meses de empleo . «Y además, y es un punto muy importante, no se puede externalizar la tarea», indica el presidente del comité de empresa, que resalta que la producción de Fal y Fal Seguridad la deben realizar sus empleados. «Entendemos que siguen buscando empresas que les alquilen líneas de trabajo o naves para instalar maquinaria para que se incorporen activos que están en ERTE», señala López, que informa de que el comité ha sugerido la posibilidad de alquilar las instalaciones de Notton, empresa arnedana de calzado que se encuentra en proceso concursal.
El gobierno, a la espera de información. Juan Pedro López señala que el ERTE va a reducir, de media, en 1.000 euros el grueso de la nómina y en 600 el importe neto, por lo que solicitaron al Gobierno riojano un complemento. Los consejeros de Hacienda y Economía se comprometieron a abordar el asunto, pero demandan a la empresa un proyecto de viabilidad. Si esta cuantía adicional es finalmente abonada ha de ser a través de la empresa, que debía comunicar una cifra aproximada de los trabajadores que iban a estar sometidos a ERTE. «La dirección no termina de facilitar la información al Gobierno», lamenta el presidente del comité, que señala que el seguro ofrece cobertura a los trabajadores que están en activo, pero «no para los que estamos pagando las consecuencias, que no hay nada».