El Bidasoa se ha llevado la victoria de Logroño (29-31) en un choque igualado en el que los de Irún fueron más consistentes en el último cuarto de hora, con lo que superó al equipo riojano, que queda alejado de la zona alta de la tabla.
El partido era un examen para los riojanos, para saber si pueden ser capaces de competir -y ganar- a rivales potentes; y además hacerlo en su campo, donde más ha sufrido en la primera vuelta de la Liga, ha informado EFE.
Enfrente, el Bidasoa tenía muchas prevenciones en un partido complicado todos los años y en el que tampoco tenía mucho margen de error para continuar en la lucha por el segundo puesto.
En esas circunstancias el Logroño buscó un inicio explosivo y endosó un parcial de 6-2 en pocos minutos, apoyado en las paradas de Xoan Ledo, que propiciaban rápidos contragolpes de los riojanos.
Pero el Bidasoa dio la primera lección de templanza, no se puso nervioso y poco a poco fue ganando contundencia en defensa, a la que vez que afinaba más en ataque.
Así el partido se igualó y siguió así hasta el descanso, al que el Logroño llegó con una mínima diferencia de 16-15.
La igualdad se mantuvo en los primeros compases del segundo tiempo, aunque desde la reanudación el Bidasoa fue más "profundo" en ataque y ajustó más su defensa.
Fue a 20 minutos del final cuando el Bidasoa se puso por delante por primera, al contraataque, y siguió con ese ritmo muchos minutos más, frente a un Logroño cada vez más cansado, lo que suponía que ni podía frenar el ataque de su rival ni era efectivo cuando tenía que atacar.
Los guipuzcoanos se colocaron ya con tres goles de renta a 9 minutos del final y, con el Logroño descentrado, llegaron a cinco.
El Logroño terminó de romper su propia concentración al "caer" en una provocación de Esteban Salinas, que lanzó el balón a la cara de Ledo, y los riojanos entendieron que fue de forma intencionada, lo que motivó algunos minutos de enfrentamientos entre jugadores.
Pero esa acción también sirvió para espolear al equipo riojano, que apretó los dientes, defendió al límite y se vio solo un gol por detrás con dos minutos por jugar.
Sin embargo, un error de Soler y dos buenos ataques del Bidasoa pusieron fin al último partido de Logroño ante sus aficionados, contentos por ver a su equipo competir, pero insatisfechos por una primera vuelta por debajo de las expectativas.