A Samuel, su madre y su padre le esperaban el 6 de enero, pero el mejor regalo de Reyes llegó por adelantado. El primer bebé nacido en La Rioja, Samuel Jiménez Carbonell, asomaba su cabecita a este mundo doce minutos después de la una de la madrugada y sin que su madre, Joana, tuviera tiempo de completar el ritual de las doce uvas del cambio de año.
«Quería protagonismo y lo ha conseguido», asegura con una indisimulada satisfacción el padre de la criatura, Daniel Jiménez, que a pesar de no ser ya novato en estas lides, puesto que él y su mujer Joana tienen otros dos hijos, reconoce que el disfrute de esta Navidad ha superado a la de todas las anteriores. «Hemos recibido el regalo de Reyes por adelantado», comenta el feliz padre, que junto a su esposa y sus hijos reside en Oyón, desde donde se desplazaron al hospital San Pedro tras los síntomas de que el parto estaba próximo.
Estaba previsto que Joana pudiera dar a luz el 6 de enero, pero ya el día de Nochevieja rompió aguas en su domicilio de la vecina localidad alavesa, por lo que todo se precipitó e ingresó en el hospital logroñés a la vista de que el nacimiento del pequeño Samuel se adelantaba. Y así fue. A la una y 12 minutos se convertía en el primer bebé nacido ya en el nuevo año en uno de los dos hospitales riojanos. El parto fue natural y tanto la madre como el niño se encuentran perfectamente. Samuel pesó al nacer tres kilos y 70 gramos y mide 48 centímetros. Las 'prisas' de Samuel por convertirse en el nuevo miembro de la familia Jiménez Carbonell le impidieron a su madre terminar con tranquilidad la cena que le había servido el personal del hospital San Pedro en su habitación, de manera que cuando Joana acaba de tomar la quinta de las doce uvas, como manda la tradición, comenzaron las contracciones.
De inmediato, la joven madre fue trasladada al paritorio y poco más de una hora después de que las campanadas anunciasen que 2025 ya estaba aquí, hacía lo propio el pequeño Samuel, que según la percepción de su madre y su padre se parece a su hermana Rebeca, que tiene tres años, y que de alguna manera ha visto como el nuevo miembro de la familia le restaba el protagonismo como benjamina;«pero ya se le pasará, aclara su padre». Quién sí derrochaba felicidad ayer por la llegada de su hermano era el hijo mayor de la pareja, de cinco años, que se llama Daniel, como su padre.
Con una tercera criatura en casa, el padre, empleado de la empresa Lanagro, de Moreda, especializada en trabajos en el campo, reconoce que tendrá que echar una mano de manera especial durante los cuatro próximos meses, aunque todo se da por bienvenido tras la felicidad del regalo de Reyes de 2025.