Los alojamientos turísticos de La Rioja no han registrado una ocupación alta en el mes de julio y afrontan el cierre del verano pendientes de las reservas "de última hora", que les han permitido aumentar las pernoctaciones durante el mes de agosto.
Así lo han detallado a EFE representantes de asociaciones profesionales de hoteles, casas rurales y viviendas de uso turístico en la región, quienes reconocen que el mes de julio ha sido "flojo" en cuanto a ocupación, menor que la del año pasado.
Daniel Muela, vicepresidente de la Asociación Riojana de Hoteles, integrada en la Federación de Empresas de La Rioja (FER), ha precisado que julio ha sido "peor que el de 2023" y en agosto han bajado los precios, pero prevén superar el 70 por ciento de ocupación a lo largo de este mes.
La media anual de pernoctaciones hoteleras en Logroño es de 1,7 noches, ha indicado Muela, con un perfil de turista nacional, la mayoría parejas o familias, procedentes de Cataluña, Comunidad de Madrid y País Vasco.
Este año los hoteles han detectado un incremento de turistas extranjeros, muchos de ellos franceses, que viajan en su coche por todo el país y paran un par de días en La Rioja.
El aumento de plazas en viviendas turísticas ha obligado a los hoteles a "ajustar las tarifas", ha reconocido, de modo que las reservas llegan "día a día" este verano.
Para septiembre tienen muy buenas perspectivas en Logroño gracias a la celebración de las fiestas de San Mateo, que engloba dos fines de semana.
Julio "lento" para las casas rurales
Por su parte, el presidente de la Asociación de Casas Rurales de La Rioja (AscaRioja), Joaquín Sanz, ha explicado que el mes de julio ha sido "lento" en cuanto a las reservas, que han sido inferiores a las del mismo mes de 2023, mientras que agosto podría alcanzar una ocupación del 80 %.
La primera quincena de agosto es la "mejor" para el turismo rural riojano, pero a partir del día 26 las reservas caen y en septiembre se recupera la dinámica actual de funcionar muy bien durante los fines de semana, ha indicado.
Sanz ha detectado que últimamente en La Rioja se aloja solo una noche mucha gente que "va de paso a otras comunidades", que "reserva sobre la marcha", pero estas estancias suponen "el doble de trabajo" para los alojamientos rurales.
Pero también hay otro tipo de turista, "el previsor que reserva su vacación de verano en el primer trimestre del año, muchos de ellos repetidores que escogen estancias largas".
El presidente de AscaRioja, que agrupa a 80 de los 140 establecimientos rurales de la comunidad, ha alertado del crecimiento de las viviendas de uso turístico "ilegales", también en el medio rural.
Ha demandado a la administración autonómica mayor promoción para el turismo rural, al igual que ya están haciendo otras comunidades vecinas que también son destino de interior, como Navarra y Castilla y León.
Verano "sin previsión"
La presidenta de la Asociación de Viviendas de Uso Turístico de La Roja (Arvutur), Susana Díaz, también ha coincidido en que el verano está siendo "raro", con un mes de julio "más flojo" que otros años y reservas para agosto "sin previsión", tramitadas "en el último momento".
Díaz ha opinado que el aumento de oferta turística pueda haber provocado esta ocupación "inusual" de estos últimos meses, aunque para septiembre y San Mateo prevén muy buenas cifras de reservas.
Aunque la estancia media en Logroño suele ser mínimo dos días, en agosto hay muchas reservas de una sola noche, porque los viajeros paran "de paso" hacia otros destinos, ha precisado.
El perfil de sus huéspedes es un viajero de origen nacional, con muchos peregrinos que prefieren hospedarse en un apartamento para estar más cómodos, y de cara a otoño extranjeros interesados en el enoturismo, quienes "alquilan con mucha antelación".
En La Rioja hay unas 1.600 viviendas de uso turístico (la mitad en Logroño), de las que 103 están registradas en Arvutur, que ha detectado 27 alojamientos que funcionan de manera ilegal, por lo que ha remitido sus datos a la administración autonómica.
Ha lamentado que su sector sea atacado "con cualquier excusa", desde la falta de viviendas, a la masificación turística o el ruido de las despedidas de solteros, por lo que ha pedido un mayor control.