Un final digno de película. Con dos tiempos muertos en el último minuto, desde los 7 metros y a falta de tres segundos para terminar el partido. Así consiguió el Grafometal Sporting La Rioja, la pasada semana en el Pabellón Municipal de Boadilla del Monte frente al Ikasa Boadilla, recuperar el cetro de la División de Honor Oro Femenina, segunda máxima categoría del balonmano femenino.
Primeras, sí. Pero no en solitario. A pesar de la dificultad del partido en tierras capitalinas, las de Juanjo González sabían de la necesidad de tener un ojo puesto en el Morvedre contra Zuazo que se disputaba en Puerto Sagunto. La contundente victoria de las visitantes frente a las alicantinas fue lo que permitió que el Morvedre perdiera esa condición de líder en solitario, en detrimento del Grafometal y del Zuazo, actuales colíderes de la tabla.
El Grafometal ha arrancado así la segunda vuelta igual que comenzó la primera jornada. En lo más alto de la clasificación. Sin embargo, dos empates y una derrota en las siguientes tres jorandas descendieron hasta la quinta posición al conjunto riojano, que desde aquel partido que cayó derrotado frente a Cicar Lanzarote Ciudad de Arrecife (25-24) no han vuelto a perder, acumulando una racha de ocho victorias consecutivas, entre ellas, al Zuazo Femenino, uno de sus principales escollos, por 24-23.
QUINCE DÍAS. Dentro de la importancia de mantener la regularidad en las diez jornadas que restan de competición, el club ya sabe que tendrá dos fechas marcadas que destacan sobre el resto. El primero llegará en este mes de febrero, el fin de semana del 17/18 ante el Morvedre. Y la segunda, el del 9/10 de marzo ante Zuazo Femenino. En quince días y ambas a domicilio, el Grafometal sabe la posibilidad de asestar un golpe casi definitivo a la liga y un paso de gigante hacia el ascenso.
Cabe destacar que el primer equipo clasificado asciende de manera directa, si bien el segundo conjunto que sube de categoría lo hace a través de la disputa de una fase de ascenso con cuatro equipos.