El Espigüete no es una montaña demasiado alta (2.451 metros), pero su orografía cárstica y escarpada no le hace apto para gente inexperta. Y José Antonio Almaraz no lo era. Bilbaíno de nacimiento pero afincado en Calahorra, donde residía y desde donde se desplazaba a Aldeanueva para atender sus responsabilidades como gerente de Bodegas del Medievo, era un aficionado experimentado, con años de ficha federativa como asociado al Club de Montaña de la ciudad riojabajeña. «No sabemos lo que le pudo pasar cuando descendía del Espigüete por la arista de la cara este del pico», comenta la presidenta del club, Virginia Pérez, que como el resto de compañeros del montañero fallecido el pasado sábado en esta cima de la montaña palentina se encuentran consternados por la fatídica noticia.
José Antonio, de 57 años, se había desplazado hasta esta mole de piedra del municipio de Velilla del Río Carrión en compañía de unos familiares, pero realizó el ascenso en solitario. Durante la bajada sufrió una gravísima caída desde unos 25 metros de altura en una arista de la cara este, situada a unos 2.100 metros de altitud, que la provocó la muerte. Los equipos de rescate castellano-leoneses lograron localizar el cadáver el domingo.
«El Espigüete es una mole caliza que no tiene verde; no es que sea muy técnico, pero sí difícil», explida Virginia Pérez, que apunta que a ella y a otros compañeros del Club de Montaña les extraña que José Antonio subiera solo a un monte de ese nivel de exigencia. «Era un aficionado experimentado; en nuestro club estaba federado desde 2012 y creo que al llegar a Calahora venía de algún otro club», apostilla la presidenta de la entidad montañera calagurritana, que al igual que el resto de la directiva lleva menos de un año en el cargo y el fallecimiento de un asociado ha caído como una losa en los ánimos del club. Pérez señala que José Antonio Almaraz, un hombre también muy apreciado en el ambiente vitivinícola del Rioja como gerente de Bodegas del Medievo, solía hacer salidas al monte con un grupo de socios del club.
Imagen de la arista donde se produjo el accidente. - Foto: El DíaLa muerte del montañero de Calahorra también ha llenado de pesar a la Federación Riojana de Montañismo, cuyo presidente Daniel Rey, destaca que está siendo un mal año por el alto número de accidentes que están produciéndose. Hace ahora prácticamente un año -recuerda- se produjo otra muerte en el ámbito de la Federación riojana al sufrir una caída un montañero alavés en la zona de las Conchas de Haro. Rey, que al igual que Virginia Pérez ha ascendido el Espigüete tiene grabado en su memoria la cantidad de pacas y cruces que tiene ese monte en su cima en recuerdo de montañeros fallecidos. «No he visto nada igual en ninguna otra cumbre», rememora.
La importancia de federarse
El presidente de la Federación Riojana de Montañismo destaca la importancia de que los aficionados a la montaña estén federados, tanto porque así se benefician de un seguro que cubre rescates y accidentes (no es un seguro de salud, aclara) y por la formación que se adquiere en las salidas con compañeros de los clubs, vital para acercarse a la montaña con garantías.