El Boletín Oficial de La Rioja ha publicado tres órdenes que incluyen medidas económicas para fomentar la incorporación de jóvenes al sector agrario, para impulsar inversiones y mejoras en explotaciones agrarias y para compensar las pérdidas por sequía en el sector del champiñón. En el primer caso, la prima por establecimiento en la modalidad exclusiva se eleva de 40.000 euros a 48.000 euros. Además, se contempla por primera vez la modalidad pluriactiva, es decir, aquella que permite compaginar al joven agricultor su actividad agraria con otra. En este caso podrá recibir hasta 24.000 euros. La nueva orden da luz verde a que dos jóvenes de entre 18 y 40 años que compartan una sociedad también puedan recibir ayudas si ambos tienen el mismo porcentaje en la misma.
Por otra parte, también se han publicado las medidas para inversiones y modernización de explotaciones agrarias, que incorporan una inversión de hasta 150.000 euros por UTA (unidad de trabajo-año) y se pueden solicitar en dos veces. Y, por primera vez, se subvenciona la adquisición de maquinaria de segunda mano por una sola vez a aquellos jóvenes que adquieran la maquinaria de la explotación a la que releven y hasta los tres primeros años desde la fecha de ayuda al establecimiento. La cuantía de la ayuda será una subvención capital del 30% de la inversión subvencionable, pudiéndose incrementar un 10% por ser joven y otro 10% más si la explotación se encuentra en una zona de montaña. Además, se podrá solicitar préstamos bonificados para la modernización de explotaciones agrarias de hasta el 90% de la inversión contemplada en su plan empresarial.
En cuanto al sector del champiñón, la sequía hizo aumentar sensiblemente los precios de la paja, un insumo imprescindible para elaborar el sustrato donde crecen estas setas. Las explotaciones riojanas suponen el segundo sector agrario en importancia económica y en generación de puestos de trabajo en la región, con el 1,8% del empleo total y unos datos de producción de cerca de 70.000 toneladas de champiñón y algo más de 6.600 toneladas de seta al año. La escasez de paja condujo a muchos productores a tener que importarla de otros países, con el consiguiente aumento por los costes logísticos de su transporte, dado que se trata de un producto voluminoso. A estas adversidades climáticas se une la reducción del uso de fitosanitarios para el tratamiento de los cultivos en cumplimiento de la normativa europea, con una reducción de rendimientos y la necesidad de inversión en la búsqueda de soluciones.
Para dar una respuesta urgente al sector y al objeto de asegurar que la medida, considerada de minimis, responde de forma eficaz a las circunstancias que pretende paliar, la ayuda se estructura en dos pagos distribuidos a lo largo de la campaña 2024. Se pueden beneficiar de estas ayudas las personas físicas y jurídicas, o entes sin personalidad jurídica, que estén inscritos como productores de champiñón en el Registro de Explotaciones Agrarias de La Rioja y estén al corriente de sus obligaciones tributarias y con la Seguridad Social.
Se subvencionará el gasto realizado en la compra de compost (el sustrato) que utilice paja como materia prima; en el caso de que ese compost se elabore en la propia explotación se subvencionará el gasto en paja para este fin. El periodo subvencionable comprende del 1 de julio de 2023 al 30 de junio de 2024 y la ayuda es de 16 euros por tonelada en ambos casos, debiéndose presentar la facturas de la paja o del compost en cuestión. Hay un primer plazo para solicitar estas ayudas que termina el 15 de marzo; el segundo comienza el 1 de julio de este año finaliza el 2 de septiembre. El importe total que destina el Gobierno regional a este fin es de 3,1 millones de euros.
Un año sin Sporgon.
El 1 de enero de 2023 finalizaba la autorización de la Unión Europea para el empleo en territorio comunitario del Sporgon, el nombre comercial del principio activo Procloraz. Este fitosanitario era clave para los productores de champiñón, pues les permitía luchar contra las dos enfermedades fúngicas más importantes que afectan a este cultivo: mole y pelo. Basf, la empresa que comercializaba este producto, optó en su momento por no renovar esa autorización por causas meramente económicas: los productores de champiñón son pocos y el dinero que costaba prorrogar esa autorización no se iba a ver compensado por las compras de los agricultores, por lo que el Sporgon quedó fuera del mercado. No es cuestión, como en otros casos, de salud humana o medioambiental, sino simple y llanamente de dinero; esta situación es análoga a la que ocurre en otros cultivos.
El caso es que no poder utilizarlo ha condenado a los cultivadores de champiñón a cosechar entre un 20% y un 30% menos cada año. Esto se une a la inasumible subida de precios de la paja, con lo cual algunos productores se han visto obligados a cerrar sus explotaciones. Ricardo Achutegui es uno de los agricultores que se han visto afectados y explica que ahora solo queda la opción de productos ecológicos con extracto de naranja y otros principios activos, pero que son más caros y mucho menos efectivos. «El Sporgon erradicaba las enfermedades en un 98%, pero estos productos no pasan del 25%», explica. Por lo que ha podido averiguar fuera de los canales oficiales, es posible que un nuevo producto efectivo y de precio asequible salga al mercado el año que viene gracias a la investigación que se lleva a cabo en otros países de la UE, pero no es seguro («y más con la posición actual de la Unión Europea respecto a los fitosanitarios»), por lo que el futuro de muchos cultivadores de champiñón está en el aire. Y esto es grave en La Rioja, una comunidad autónoma que tiene en esta rama productiva un pilar muy importante de su sector agrario