El arquitecto técnico que lleva la oficina técnica de accesibilidad en La Rioja Sin Barreras, Javier Lacalzada Serna, indica que la sociedad es la que crea los problemas de accesibilidad, ya que se construyen vados que no tienen cota cero respecto a la calzada sino que están con un resalte superior. «Eso hace que una silla de ruedas no pueda subir, por ejemplo», detalla.

Este experto pone de ejemplo las obras de Duquesa de la Victoria. «Se ha asfaltado la zona pero los vados peatonales los han seguido dejando donde estaban o con ese peldaño», critica.

Denuncia que el mayor problema que existe en cuanto a movilidad es la información que se tiene sobre la ejecución de los proyectos urbanísticos que se realizan. «La gran olvidada es la accesibilidad», lamenta.

Todas las fases de la obra tienen que estar controladas y la accesibilidad tiene que estar presente en ellas, desde el proyecto hasta la ejecución y la comprobación. También incide en la importancia de crear itinerarios peatonales alternativos cuando se realizan obras. «Si una persona con silla de ruedas llega a una zona con obras y no puede acceder, tiene que retroceder y deshacer todo el camino porque no se ha creado ese itinerario alternativo», señala.

Otro problema para las personas con este tipo de discapacidad es el uso del contenedor y donde lo colocan. Lacalzada informa que se puede solicitar uno adaptado para que te lo instalen cerca de casa.

Hay varios tipos. Uno es con palanca de mano y otro con una boca por donde se puede tirar la basura. El inconveniente, apunta, es que depende de donde se instalen, no terminan de ser muy accesibles porque «si los pones en la acera, la boca puede estar a más altura de la que debería».

«Hay muchas manos y muchos ojos pero no todos están tan concienciados o sensibilizados con esta problemática», concluye.