"Alergias estacionales afectarán a la mitad de la población"

El Día
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El director del Máster en Nutrición de Precisión de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Edwin Fernández Cruz, ha señalado que, para el año 2050, la gente será alérgica debido "al cambio climático"

Una niña estornuda, en una imagen de archivo. - Foto: Europa Press

El director del Máster en Nutrición de Precisión de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Edwin Fernández Cruz, ha señalado que, previsiblemente, para el año 2050 "no sólo alergias alimentarias, sino también las estacionales alcanzarán prácticamente a la mitad de la población". Una situación que puede ocurrir, explica, "si el sistema inmune no se enfrenta al mundo exterior".

En una entrevista con Europa Press, el docente de UNIR ha apoyado esta hipótesis de la Academia Española de Alergología, que asegura que dentro de 25 años el 50 por ciento de la población será alérgica debido "al cambio climático" y la falta de exposición "del sistema inmune al mundo exterior".

Con respecto al primero de ellos "que afecta a los factores ambientales y promueve la acumulación de ciertas sustancias en el medio, el docente de UNIR explica que "estamos hablando por ejemplo de los nanoplásticos, de las sustancias de limpieza o de otra serie de materiales desinfectantes, todo eso al final va afectando al ambiente que nos rodea".

Por su parte, y sobre las alergias alimentarias Fernández Cruz explica que "cuando comemos estamos expuestos a diferentes compuestos que tiene el alimento, entre ellos algunos son de origen proteico y son los que conocemos como sustancias alergénicas".

El docente ha señalado que estas sustancias alergénicas, cuando entran por primera vez en contacto con nuestro organismo, a través de la piel, de la ingesta o a través incluso de la inhalación, empiezan a desencadenar una primera fase en la que se desarrolla un anticuerpo ante esa sustancia.

"Cuando esto sucede puede que si nuestro cuerpo vuelve a entrar en contacto con ella pase a lo que se conoce como la reacción alérgica. Por ejemplo cuando una persona come y empieza a picarle la boca, siente enrojecimiento, picor de garganta o llegar a otra serie de síntomas más graves, como la obstrucción de las vías aéreas o incluso un shock anafiláctico", ha explicado.

DESENCADENANTES DE ALERGIA

Según Fernández Cruz, el factor genético influye en la predisposición a padecer una alergia alimentaria. "Pero si hablamos de condiciones normales, se están viendo estudios que indican que la microbiota y la composición de la misma pueden tener algún factor protector frente al desarrollo de ciertas alergias alimentarias", ha indicado.

Asimismo, estos estudios también señalan que factores como la forma de introducción de los alimentos durante la niñez, la composición de la microbiota o si el niño ha tenido una lactancia materna o tomado leche de fórmula, pueden predisponer a que el sujeto sea propenso a padecer este tipo de alergias alimentarias.

Al mismo tiempo, hay variables ambientales como encontrarse ante una elevada contaminación o practicar medidas de higiene muy extremas tales como abusar de desinfectantes en casa, que provocan que nuestro sistema inmune empiece a catalogar todo lo que ve como peligroso, porque no se está exponiendo ante todas esas cosas que refuerzan y construyen un sistema inmunológico menos sensible.

"No podemos detectarlo de manera preventiva". "En el tratamiento de las alergias debería mejorarse el diagnóstico precoz, para que la persona no pueda tener algún tipo de ingesta accidental", ha señalado.

Sin embargo, el docente ha destacado que hasta que no empiezan a realizarse las pruebas de alergia hasta que aparece una reacción visible al ingerir un alimento: "No podemos detectarlo de manera preventiva. Si los padres tienen algún tipo de antecedente de una alergia totalmente diagnosticada, se puede intentar tener un poco de precaución".

Fernández Cruz ha contado que hace unos meses se dio el caso de una chica que fue a una cafetería, tomó un café, resultó ser alérgica a la proteína de la leche de vaca y falleció de un shock anafiláctico.

"Son ese tipo de accidentes los que se intentan evitar. En el momento en el que ya la enfermedad pasa a esa segunda fase de reacción, la vamos a tener para siempre", ha indicado, con la excepción de "algunos casos en la infancia, a lo mejor al huevo y a la proteína de la leche de vaca, que puede realizarse algún tratamiento de tolerancia oral, pero por lo general los otros tipos de alergias como a las frutas o al pescado, se suelen mantener en la etapa adulta".

De esta forma, ha lamentado que "ya en la etapa adulta no podemos hacer nada ni hay ningún tipo de alimento que nos ayude a mejorarlo, simplemente se debe evitar el que nos provoca la alergia".

Alergias más complicadas. Finalmente, ha subrayado que cuando existe una alergia se producen esos síntomas más fácilmente identificables con las de carácter inmediato. "Pero hay que tener en cuenta que las que pueden dar un poco más de trabajo y requieren mayor precaución son las alergias que no están mediadas por esos anticuerpos", ha expresado.

El mejor ejemplo de ello es la celiaquía, una enfermedad que no da señales de que la persona sea alérgica al gluten sino que se suele identificar cuando ya aparecen una serie de síntomas derivados de ella, como la desnutrición.

"Esas alergias que no están mediadas por los anticuerpos son las que están aumentando cada vez más y con las que hay que tener mucha precaución, porque no son tan visibles como las otras, pero también muy perjudiciales", ha concluido.