El Anguiano no pudo cerrar un extraordinario año 2024 con victoria en Isla después de caer derrotado en su feudo frente al Tudelano 2-4, desaprovechando una renta de dos goles ante los navarros que empezó a diluirse tras una polémica decision arbitral con la que llegó el gol visitante desde los once metros.
FICHA TÉCNICA:
CD ANGUIANO. Heras; Pedro González, Arechavaleta, Álvaro Garcia, Joel; Bader (Samu Azofra, 66'), Emilio, Iker García (Edu Medrano, 66'), Urrecho (Sergio López, 66'), Barace y Moha (Álex Martínez, 82').
CD TUDELANO. Eldar; Diego Martínez, Asier Pérez, Figueras, Riego, Antonio Otegui, Cotán, Aimar Martínez, Pol Prats (Iribarren, 80'), Rentería (Rubio, 72') y Johar Mejía (Lizarraga, 89').
ÁRBITRO. Alberto Gabriel Cornelles Vicente (Comunidad Valenciana). Amonesto a los jugadores locales Joel, Moha, Samu Azofra, Sergio López y Álvaro Garcia; así como a los visitantes Rentería, Diego Martínez y Otegui. También a Héctor Urquía y José Miguel Neila, del CD Anguiano.
INCIDENCIAS. Partido sin incidencias disputado en Isla correspondiente a la decimoséptima jornada del Grupo II de Segunda RFEF.
Inmejorable inicio serrano. Un primer cuarto de hora inmaculado puso el encuentro muy a favor de los serranos. No se había mostrado en ningún momento cómodo el Tudelano sobre Isla, muy dañado en las zonas de tres cuartos. Y lo aprovechó en Anguiano en su segunda llegada: centro desde la derecha y uno de los rechaces le llegó a Barace, que puso el primero con un disparo que desvió la zaga navarra cuando el portero ya se había vencido. Y cinco minutos después, funcionó por enésima vez el fútbol de Isla de toda la vida, con un balón largo a la espalda de la defensa que Urrechó no perdonó en el mano a mano. Anguiano, dos y con la moral por las nubes mientras el Tudelano permanecía en la lona.
La alegría duró el tiempo justo. Casi ni dos minutos. Lo que tardó el colegiado castellonense en señalar un más que dudoso penalti cuando Mejía pugnaban con Arechavaleta. Aún existe la incógnita sobre qué pitó. El gol que le siguió del protagonista anterior metió al Tudelano de nuevo en la pomada.
Tras veinte minutos de mucha acción, llegó la calma a Isla. El Anguiano, sabedor de su corta plantilla -llegaba al partido con once bajas y muchas rotaciones en el once, sobre todo en defensa- y lo largo que se le podía hacer el partido, optó por pausar el juego y disminuir el ritmo, frente a un Tudelano renovado y mucho más mimetizado con el entorno del futbol de barro serrano. Cómodo sobre el terreno de juego, encontró el empate en la especialidad de la casa. Una falta en tres cuartos de campo que botó Antonio y remató Otegui atacando el primer palo, superando al guardameta local con un cabezazo al palo corto. El partido eso sí, debía haber estado detenido acciones antes, cuando Cotán pisó la rodilla de Pedro González y este se dolía en el suelo. Empate y descanso en Isla con todo como al principio, pero cuatro goles mediante. "A lo nuestro", se gritaban entre los jugadores serranos enfilando las escaleras de vestuarios, todavía con el runrún del penalti latente.
La segunda mitad se le hizo eterna a los locales. Sin los habituales en su once como Medrano, Ale Santos, Roberto, Íñigo o Sergio López le faltó contundencia defensiva y frescura en la medular. Dos de los pilares esenciales del ADN serrano desaparecían con el paso de los minutos. Sumado a un Tudelano que ya había entendido cómo iba el juego, fue suficiente para que los de la Ribera Navarra sentenciaran el partido en diez minutos. En el ecuador del segundo acto, un mal despeje de la zaga serrana le entregó el balón en bandeja a Rentería, que tuvo tiempo para pausar, mirar a Raúl Heras y batirle en el mano a mano, poniendo por delante a su equipo. Después fue a traves de un centro por banda derecha cuando Rubio pudo rematar libre de marca dentro del área para hacer el cuarto y último gol de la cita dominical en Isla.
No hubo más goles. Sí ocasiones, una para cada equipo, en otro remate de Rubio que se topó con el pie de Heras bajo palos y un centro desde la izquierda de Sergio López que le llegó a Aarón pero no vio puerta en su primer remate y golpeó el lateral de la red en su propio rechace. Pitido final y tres puntos que se iban en el autobús del Tudelano frente a un Anguiano que no pudo brindarle a su aficion una última victoria en un año que quedará siempre grabado en la historia anguianeja.