El sumidero de LasGaunas vio a la UDLogroñés echar a perder otra oportunidad para reivindicarse frente a sus rivales directos, contra los que ha saldado la primera vuelta con un parco bagaje de tres puntos de 15 posibles, mediante tres empates. Los de Miguel Flaño no fueron capaces de pasar del empate sin goles ante el Arenas de Getxo en un mal partido donde desperdiciaron la primera hora de partido y en el que, además, Kike Royo se marchó lesionado de su rodilla derecha, en camilla, con un diagnóstico que no parece ser de los más favorables. Un partido malo y un resultado peor.
La primera mitad se resume de manera muy sencilla. Apenas cuatro palabras: más miedo que fútbol. Durante 45 minutos se pudo ver a una UD Logroñés que sí se hizo con el esférico pero no conseguía percutir con peligro en la muralla vizcaína. Los visitantes esperaban en su campo, esperando un error local o buscando espacios rápidamente con combinaciones de Sustatxa o Iradi, que caían al centro para crear espacios en los que poder combinar.
Los de Flaño, por su parte, pasaron toda la primera mitad buscando el gol a través de centros laterales. Por ambas bandas, tratando de sacar partido a la faceta más llegadora de Yasin y Facchin, todo eran centros que nunca encontraban rematador. Los único remates, y no a puerta, de la primera mitad, tuvieron color blanquirrojo. El primero, una segunda jugada de un saque de esquina que Sarriegi remató manso a las manos de Galinda en el ecuador de la primera mitad. Después, casi al borde del descanso, una falta lateral que Ugarte cabeceó al palo largo. Sin nada más, los jugadores se marcharon por el túnel.
Nada parecía alterar el guion de un partido lento, falto de ritmo y con demasiado temor a conceder errores. Nadie se atrevía por miedo al qué pasará. Fue el cambio de Gualda por Barrero, revulsivo en su máxima expresión, lo que cambió algo la cara a la UD Logroñés. Desde ese instante se vio un equipo mucho más compacto y mordiente en ataque, con el protagonista de la sustitución estando muy cerca del gol. Una buena combinación en la que Agüero terminó pisando área terminó con un disparo de primeras del 10 muy cerca del palo izquierdo. Dos minutos después, otro chut al primer toque a pase de Madrazo, con la misma finalización en el otro palo. Y lo probó otra vez desde lejos con un disparo raso que encontró la atajada en dos tiempos de Galindo.
La revolución tuvo tiempo limitado, porque el duelo volvió a ese ritmo aborrecedor de la primera mitad. Intentó un último arreón el equipo de Miguel Flaño, con el apogeo en 'la jugada de Madrazo', en la que parte desde banda izquierda y tras deshacerse de dos rivales, probó el disparo desde fuera del área al palo corto, un intento que abortó Galindo con otra gran intervención.
Parecía que no había tiempo para más, pero llegó la peor cara del fútbol a Las Gaunas: Kike Royo, en una de las últimas acciones, se dispuso a coger el balón con las manos cuando este rodaba por el suelo y se echó al suelo con la mano en la rodilla. Saltaron las alarmas, temiéndose lo peor sobre una lesión de ligamento cruzado. En los próximos días se saldrá de dudas.
Lo que no dejó lugar a dudas fue el pobre empate sin goles entre la UD Logroñés y el Arenas de Getxo, otra oportunidad perdida para los blanquirrojos de dar un golpe sobre la mesa y ascender puestos en la clasificación, que seguirán teniendo como materia pendiente para la segunda mitad de campeonato esos enfrentamientos contra rivales directos, donde tan solo ha sido capaz de obtener tres puntos, los tres a través de sendos empates contra el filial del Eibar, la SDLogroñés y el de ayer, frente al Arenas de Getxo.