La Navidad es época de muchas compras y gastos de todo tipo, desde alimentos, ropa, juguetes, adornos, productos del día a día… Pero para que estos productos lleguen correctamente a las tiendas y establecimientos, deben pasar un control previo que realiza el Servicio de Seguridad Alimentaria y Consumo del Gobierno de La Rioja.
Su jefe, Carlos Felices Cajal, dice que son «los grandes desconocidos» de la población. «Para que la Navidad sea tranquila en nuestro campo tenemos que trabajar durante todo el año, ya que si no sembramos no vamos a recoger», asegura.
Explica que su labor se divide en dos partes. La primera es la seguridad alimentaria, con la que se garantiza que todos los alimentos que llegan a la mesa de los ciudadanos son seguros desde el punto de vista de que no sean susceptibles de transmitir ninguna enfermedad o causar algún problema. Y la parte de consumo, añade, trata con productos alimenticios en relación a todo lo que no tiene que ver con la seguridad alimentaria, los productos no alimenticios y los servicios, como tintorerías, funeraria o agencia de viajes.
Destaca que su unidad realiza unas 7.000 u 8.000 inspecciones durante el año, atiende unas 700 u 800 reclamaciones y unas 3.000 consultas, y además, ponen en torno a los 40 o 50 procedimientos sancionadores.
Felices también cuenta que su unidad promueve campañas de control de mercado de diversos productos, que en ocasiones son de la propia comunidad autónoma y en otras están coordinadas por otras regiones. Este año, detalla, se ha realizado 31 campañas y en 2024 se esperan hacer otras 31. Además, se han llevado a cabo más de 300 controles específicos y 150 tomas de muestras.
Respecto a la Navidad, asegura que los cuatro productos típicos de esta época del año, juguetes, guirnaldas, turrones y mazapanes, no se les ha escapado ninguno.
Cuenta que la inspección de consumo han recibido 167 alertas de juguetes emitidas por las distintas CCAA y se han realizado 1.401 actuaciones en establecimientos riojanos a lo largo de todo el año aunque la mayor parte de estas han resultado negativas, es decir, no se ha localizado el producto.
Además, se han localizado y retirado del mercado 45 unidades de ocho juguetes distintos alertados (incluidos disfraces infantiles) que suponían un riesgo de asfixia o lesiones diversas provocadas por bordes cortantes o reacciones cutáneas. Algunos de estos han sido puzzles, herramientas de juguete, patines infantiles, letras y números de madera, entre otros.
Esta última semana de diciembre, añade, se han hecho 10 actuaciones en tiendas especializadas de juguetes y bazares pero «no hemos detectado ningún incumplimiento vinculado a juguetes».
Turrones. Otros productos típicos en estas fechas son los turrones y los mazapanes. El Servicio de Seguridad Alimentaria y Consumo ha realizado una campaña autonómica de control de estos productos en los que «hemos comprobado lo relacionado con la información que el consumidor debe obtener a la hora de comprar ese tipo de alimentos, y lógicamente, su venta aumenta exponencialmente en estas fechas», señala Carlos Felices.
Detalla que se han detectado cuatro incumplimientos menores de etiquetado o de información en un total de 10 actuaciones, en los que «se ha podido dar que un producto se ponga a la venta pero el cartel que ve el consumidor está incompleto, por ejemplo». «Nos aseguramos que no hay practicas informativas desleales a la hora de ofertar los alimentos o que se cumplen los requisitos lingüísticos», explica.
Su unidad, apunta, ha hecho un apercibimiento ante estas irregularidades para que «el operador lo corrija inmediatamente». Aun así, Felices deja claro que si alguno de los incumplimientos hubiera afectado a la seguridad del consumidor, el producto se hubiera retirado del mercado.
El Servicio de Seguridad Alimentaria y Consumo también ha llevado a cabo una campaña de control de guirnaldas. Felices afirma que la ciudadanía no es consciente de que tienen «un alto riesgo». De hecho, apunta que es un producto en el que «la seguridad eléctrica es fundamental para evitar accidentes».
Una guirnalda, indica, es un producto que se conecta a la red, por lo que «si no tiene los sistemas de seguridad obligatorios puede ser causante de accidentes que pueden provocar incendios». Una guirnalda de exterior, añade, tiene que tener unas características específicas, así que en una terraza no se puede poner una que «solamente esté comprobada y verificada para colocar en el interior».
Este encargado cuenta que su unidad suele tener muy en cuenta todos los años, ya que «hacen controles de etiquetado y de seguridad para asegurarse de que cumplen los requisitos de seguridad eléctrica y de normalización específicos».
Este año, detalla, se ha hecho 10 actuaciones de guirnaldas, en las que se han detectado cuatro incumplimientos relacionados con el tema de etiquetado. «No han supuesto su retirada del mercado pero si un apercibimiento», comenta. Además, asegura que los miembros de su unidad no han detectado infracciones graves en estos productos.