Miguel de Pablo (Logroño, 2000), capitán del Clavijo, nos cita en la Cafetería Sena, en Club Deportivo, su barrio de toda la vida aunque, esta temporada, coincidiendo con el ascenso a Oro, ha decidido 'independizarse'. Ha terminado la sesión vespertina y sacia su hambre con un café con leche y un bocata.  

En el horizonte asoma la visita al Wizink Center, escenario que este domingo acoge la final de la Copa Princesa de Asturias que enfrenta a Estudiantes y Coruña.Precisamente, los colegiales serán el 4 de febrero los rivales de los riojanos en el regreso de la Oro.

De Pablo asume que el calendario no da tregua pero pese a la dificultad que supone enfrentarse de forma consecutiva a «Tizona, San Pablo», partidos ya concluidos, «Estu, Alicante, Gipuzkoa, Coruña y Valladolid» está convencido de que «vamos a ir hacia arriba porque, de hecho, cada vez jugamos mejor».

El jugador formado en el SanIgnacio se muestra reconocido al Clavijo por la oportunidad de haber llegado a esta división: «Es un salto muy grande y estoy agradecido, la verdad. Hay muchos equipos a los que has visto en ACB, como Fuenla, Alicante o Estu, y es un orgullo enfrentarme a todos ellos». La visita dentro de dos domingos al Wizink será especial «porque me apetece jugar contra Carlos Suárez». Eso sí, desde que empezó a jugar de '1', su referencia ha sido otra: «Sergio Llull es el jugador en el que siempre me he fijado».

Tras más de un lustro en Plata, el director de juego del Rioverde reconoce que hay muchas diferencias entre el tercer y el segundo escalón del baloncesto nacional: «Se nota sobre todo en el físico, porque los jugadores de Oro son más fuertes, pero también en el ritmo. Aquí es todo más rápido y los errores se penalizan mucho más».

Aunque conseguir la permanencia no va a ser tarea fácil(«desde el inicio todos sabemos que iba a ser muy complicado», reflexiona) cree que se puede conseguir porque «Urtasun y Kolo nos van a dar mucho. Ya han demostrado que saben a jugar».

Pese a las dificultades, el base logroñés recuerda que «la categoría de la ciudad tiene que ser Oro». «Ascender, independientemente del deporte del que se trate, es muy difícil. En el Clavijo ha habido una progresión en estos años, la afición ha respondido y ahora tenemos que intentar conservar lo que tanto nos ha costado conseguir», se despide.