Repararán la iglesia de Madre de Dios tras demoler el convento

Feli Agustín
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El Ayuntamiento apuesta por dejar diáfano el solar para uso vecinal, aunque negociará con el barrio

Iglesia y convento de Madre de Dios. - Foto: Ingrid

Cincuenta y cinco años después de que fuera levantado en su actual estado, el convento de Madre de Dios será derruido antes de que concluya el año. Así lo avanza el concejal de Patrimonio Histórico y Casco Antiguo de Logroño, Íñigo López-Araquistáin, que informa de que el proyecto de demolición está en periodo de redacción, con el fin de ser licitado no más tarde del mes de julio, con la previsión de que las obras de derribo se acometan a inicios de otoño. La previsión es que  la actuación se consume en un periodo inferior a dos meses con una inversión estimada de 200.000 euros. «Se espera que el derribo sea rápido porque el edificio está en muy mal estado», explica el concejal que, no obstante, avanza que habrá que ser cuidadoso en la medianera con la iglesia, edificio que se va a mantener.

El edil señala que la demolición  no se encontraba dentro de las previsiones del equipo de Gobierno municipal, pero explica que sendos informes de los departamentos de Arquitectura de 2022, alertando del estado del convento -vacío desde 2004- y otro posterior de Patrimonio, manifestándose en la misma línea, han hecho ineludible  el derribo por razones de seguridad.  López-Araquistáin apunta que la intención era haber acometido la demolición en verano, época en la que el centro Madre de Dios, ubicado en la iglesia anexa al convento, rebaja su actividad, un objetivo que razones administrativas han impedido cumplir. 

La iglesia. Paralelamente a las actuaciones que se desarrollen en el convento, se actuará también sobre la iglesia, el actual centro cívico Madre de Dios. Según la calendarización estimada por el Ayuntamiento, en el periodo que separa la licitación de la contratación de la demolición del convento, se redactará el proyecto para restaurar la iglesia, que no mantiene comunicación con el convento; de hecho, el coro permanece cerrado porque su acceso se realizaba desde el edificio anexo.

Este proyecto de adecuación, explica el edil, consistirá en el arreglo de la cubierta -con filtraciones hace años- y otras patologías que sufre el edificio, y la reubicación de los baños y la cocina. Además, se abrirá una puerta de emergencia, de la que ahora carece. «Se adaptará el edificio para el uso público», cuenta López-Araquistáin sobre unas obras que se acometerán tras el derribo, y de las que ya ha ido informando a la Asociación Vecinal Madre de Dios, que gestiona el centro. También tiene previsto compartir con ellos el destino del solar resultante una vez derribado el convento, que propondrá que quede diáfano para la realización de actividades al aire libre vinculadas a las que se desarrollan en el centro, aunque, reitera, se decidirá de acuerdo con el barrio.

Los vecinos. Cedida a la Asociación Vecinal Madre de Dios en 2009, la iglesia de Madre de Dios, reconvertida  en centro cívico, ha sufrido en los últimos años graves problemas de filtraciones en la cubierta para cuyo arreglo ya mantuvieron conversaciones con el anterior equipo de Gobierno sin que llegará a materializarse su reparación.

Además de este necesario arreglo, los responsables de la asociación vecinal confían en mantener futuras reuniones con el equipo de Gobierno y los técnicos municipales para acordar la futura ubicación de los aseos,  la cocina o un almacén, una vez que se derribe el convento anexo. Así lo señala Óscar Duarte, miembro de la asociación, que informa de que el local mantiene de manera constante actividades, principalmente de tipo cultural -el sábado acogió el ensayo abierto del grupo musical Posavasos- que el concejal de Patrimonio Histórico y Casco Antiguo, Íñigo López-Araquistáin, considera que no se va a ver apenas interrumpida por el derribo del convento anexo. «Se desalojará, con fines preventivos, cuando se demuela la mediana, durante unos  días», estima el edil, que ratifica la voluntad municipal que la asociación vecinal siga gestionando el local. 

 Duarte explica que el local se cede para la presentación de diversos proyectos, siempre que cuenten con el visto bueno de la asociación Madre de Dios, que basa su conformidad en que se trate de actividades «abiertas» a Logroño y el barrio, sin ningún tipo de discriminación. «Obviamente, no entra ningún tipo de discurso de odio ni marginación; al contrario, creemos que este espacio debe se un laboratorio para aprender a decidir sobre la vida familiar», reflexiona.

Además de actuaciones puntuales, el centro mantiene actividades de forma constante, como  un grupo de música y danza africana, que ensaya regularmente, práctica de kick boxing dos veces a la semana, esgrima histórica o taiwanesa. Los viernes, de 19.30 a 20.30, hay también clases para todo el mundo que quiera aprender música latinoamericana -de salsa a merengue- y los domingos, a la misma hora, se celebra una verbena, que capta el interés de muchos mayores. «La diversidad del barrio da para todo», señala Duarte, convencido del valor del espacio para esta zona de la capital.