La asistencia externa encargada por el Ayuntamiento de la capital riojana para valorar el estado del inmueble de avenida de Navarra 16 determina que es necesario intervenir en algunas zonas del mismo aunque confirma que «no está en ruina». Es la principal conclusión de un trabajo solicitado por el área que lidera Íñigo López Ariquistain tras la recepción de diferentes quejas ciudadanas sobre el estado de conservación de un inmueble que, entre otras deficiencias, mantiene apuntalado el portal de acceso.
Tras recibir el informe, el Consistorio requerirá a las propietarios de las viviendas «los arreglos pertinentes para subsanar las patologías detectadas y que éstas no empeoren», tal y como señalan desde el propio Consistorio.
Ahora bien, el Ayuntamiento no aporta datos sobre las deficiencias descritas en la asistencia externa aludiendo a la protección de datos.
Así las cosas, y una vez se emita el requerimiento, el área municipal de Urbanismo esperará a que la propiedad del inmueble subsane las patologías. En el caso de no iniciar la actuación, será el propio Ayuntamiento el que de forma subsidiaria acometa las obras para posteriormente trasladar la factura a la comunidad de propietarios del número 16 de avenida de Navarra.
Lo que sí figuraba ya como deficiencia, de forma previa al desarrollo de la asistencia externa, era un problema en la cubierta. De la misma forma, ya en una Resolución de Alcaldía suscrita en 2018, se dejaba constancia de que «la suciedad impide un correcto funcionamiento de la evacuación de las aguas pluviales» y «faltaba una bajante en la fachada trasera», entre otras deficiencias.
Un edificio que hizo públicas sus diferentes patologías tras los desagradables sucesos ocurridos en abril de 2023 y después de que dos jóvenes de trece años denunciaran una agresión sexual grupal por parte de varios menores de edad.
Una sucesión de requerimientos tras no superar en 2015 la Inspección
La decisión municipal llega, por fin, tras un largo proceso y de una extensa sucesión de requerimientos, reiteraciones y expedientes formulados por el Ayuntamiento desde que en diciembre de 2015 el inmueble obtuviera una declaración «desfavorable» tras someterse a la Inspección Técnica de Edificios. Una Inspección que correspondía materializar de nuevo en 2020 y que sencillamente, ni siquiera se contrató.
Ya en abril del año 2018, en una Resolución de Alcaldía firmada por la entonces alcaldesa Cuca Gamarra, el Ayuntamiento dejaba constancia de las deficiencias halladas en el inmueble.
Así las cosas, éste podría ser el último requerimiento a una comunidad de propietarios que hace ya años se quedó también sin administrador de fincas.