«Estamos para ayudar el pueblo. ¿Compensación? Ni lo contemplo

Feli Agustín
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El primer edil de Grañón, de 250 vecinos, destaca la vocación de servicio de los alcaldes de estos pueblos, que renuncian a su tiempo para fijar población y abrir nuevos caminos económicos

César Sáez de Quejana (segundo por la izquierda), alcalde de Grañón, junto al resto del equipo de Gobierno. - Foto: El Día

El alcalde de Grañón, César Sáez de Quejana, estaba ayer sembrando trigo. Es uno de la inmensa mayoría de los alcaldes riojanos que compatibiliza su actividad profesional con el servicio a su municipio al ostentar, desde el pasado junio, la Alcaldía.

Junto a Isabel Vitoria, David del Valle, Iñigo Pérez y Jorge Urraca conformó la agrupación electoral Juntos por Grañón, que se hizo en las pasadas elecciones con todos los cargos electos del Ayuntamiento, una apuesta que tiene únicamente como objetivo «ayudar al pueblo», y la mejor forma de hacerlo, según entiende, es estar al frente del Consistorio. 

«¿Percibir una ayuda? Ni lo contemplamos», relata  Sáez de Quejana, que cuenta que el anterior equipo de Gobierno -dirigido por el popular José Ignacio Castro-, tampoco recibió ninguna asignación y, de la misma manera, la aportación de gastos de representación se va a quedar en las arcas municipales.

Se muestra decidido a trabajar por su pueblo, «para que crezca y  no decaiga», con la asunción de que va a ser necesario realizar sacrificios y renunciar a parte de su tiempo de ocio y vida familiar.

Confiesa, al respecto, que no esperaba que la responsabilidad fuera tan exigente y relata que en estos algo más de cuatro meses al frente del Consistorio de esta pequeña localidad de 250 vecino en Rioja Alta ha sido consciente de las demandas de su cargo, que obligan «a estar muy atento», en permanente contacto con la secretaria y atender a las llamadas de los vecinos.

 A todo ello hay que sumar las relaciones con otras administraciones y, al respecto, destaca que en tiempo de redactar presupuestos hay que insistir al Gobierno riojano «para que se acuerde de Grañón e introduzca partidas interesantes», y a la Demarcación de Carreteras, dependiente el Ministerio. «Te quita tiempo, pero es normal», reflexiona este alcalde, que apunta que, a pesar de que su tamaño es reducido, los requerimientos son similares a localidades de mayor envergadura. 

Se reparten las tareas entre los cinco miembros del Consistorio [son todos amigos],  procuran «estar todos al tanto de todo», sin asignar responsabilidades específicas a cada uno de ellos. Su meta, lograr que el pueblo no pierda servicios -cuenta con médico o farmacia- y, aunque son conscientes de la enorme dificultad que entraña, lograr fijar población en un entorno envejecido con la vista puesta en nuevas iniciativas de carácter turístico o cultural.