Apenas unos días después de la inclusión de Santa Engracia de Jubera y Robres del Castillo en el mapa del lobo de La Rioja, el Gobierno suma otros dos municipios a un documento que desarrolló por primera vez la Administración comandada por Concha Andreu durante la pasada legislatura y que habilitaba una serie de ayudas en su día pioneras. De esta forma, las localidades de Viguera, en el valle del Iregua, y de Camprovín, en la cuenca del Najerilla, entran a formar parte de un mapa que incluye ya a uno de cada tres municipios riojanos, 57 en total. Ahora bien, ni en Viguera ni en Camprovín se han constatado, al menos de momento, cabezas de ganado muerto bajo la dentellada del lobo aunque sí se han avistado ejemplares en las proximidades de ambas localidades.
Álvaro Manzanos, alcalde del municipio del Iregua no ha tenido noticias de ningún caso de ataques del cánido a ganado viguereño aunque admite que «es necesario adoptar una solución». En ningún caso «se trata de aniquilar al lobo, pero la ganadería es un bien imprescindible en los pueblos». Lo que sí evidencia la integración de Viguera en el mapa es que el cánido mantiene su expansión por el territorio riojano hasta aproximarse a un pueblo situado a apenas 23 kilómetros de Logroño.
En términos similares se expresa también Jon Anguiano, primer edil de Camprovín. Tampoco tiene constancia de ganado que haya sucumbido al ataque del cánido pero sí se han constatado ataques en las cercanías. «Atacaron en el pico de la Perdiz, que marca el límite municipal entre Baños de Río Tobía, Ledesma y Camprovín» y una manada estuvo muy cerca «cuando se produjeron ataques en la zona de Castroviejo».
La expansión del cánido no sorprende ni a propios ni a extraños aunque el análisis ofrezca dos lecturas muy diferentes. El sector ganadero observa con preocupación la ausencia de medidas para contener el aumento de ejemplares, a la espera de que el Gobierno regional presente el nuevo Plan de Gestión para la convivencia del lobo y la ganadería extensiva.
Los colectivos ecologistas aplauden su expansión como especie protegida y se posicionan en contra de cualquier medida que suponga la extracción de ejemplares o su caza controlada. La tercera actualización del mapa volverá a levantar ampollas.
«Vimos dos lobos desde casa; les gritamos pero ya no se asustan»
El ataque de lobos al ganado ovino es un goteo constante en Viniegra de Arriba. Así lo constata Pedro Medel, dedicado a la ganadería durante toda una vida y que ahora echa una mano a su hijo. «Hace unos días bajaron dos lobos hasta al lado del pueblo». De hecho, «los vimos desde la puerta de casa. Les gritamos a ver si se asustaban pero ni por esas», detalla Medel. Es una situación que preocupa en Las Siete Villas «porque han perdido el miedo al hombre. Vemos a los lobos esperando a que saquemos el ganado». El día que los avistó desde casa, «bajaron dos ejemplares y los mastines fueron a por uno. El otro mató dos ovejas», y todo cerca del pueblo.
Es el día de la mayoría de las localidades de la zona. «Está pasando en Canales, en Mansilla...», explica Pedro Medel mientras suspira ante el hecho de que «en mes y medio supongo que dejarán en paz a las ovejas porque han parido las ciervas».