Si esta cita hubiera tenido lugar en un bar navero, se hubiera pedido un verdejo, de Rueda, pero como estamos en La Esquina de San Juan, el bar más balonmanero de La Rioja, Sergio Palacios, empresario, ex jugador y patrocinador del Ciudad de Logroño, le sirve un crianza de Fernández de Piérola y un pincho de entrecot. Miguel Velasco (Nava de la Asunción, 1984) está a punto de disfrutar de unos días de descanso en Segovia antes de volver a hacer la maleta. Sus funciones como segundo de la selección magiar le reclaman con motivo del Campeonato de Europa de Alemania. El 12 de enero estará de vuelta al frente del Ciudad de Logroño con el objetivo de mejorar lo hecho hasta ahora, que no es poco.  

El equipo riojano se acaba de proclamar subcampeón de la Copa de España. Lo ha hecho dando el callo ante el intratable Barcelona.El subcampeonato sabe casi a victoria. En sus más de quince años en Logroño, disfruta de un gran momento al frente del cuarto clasificado de la Asobal. «No sé si es el mejor momento, aunque espero que sigamos en la misma línea en la que hemos acabado el año», manifiesta un técnico que confía en que su plantilla transmita a partir del 3 de febrero las mismas sensaciones con las que ha cerrado 2023.

Las siete victorias consecutivas por la entidad riojana vienen motivada por el hecho de que «el equipo ha dado un paso al frente, no solo en juego». Con el paso de las jornadas, sus jugadores han mostrado «más garra y más unidad sobre el parqué». Por eso da «un poco de rabia» parar aunque «el parón viene bien».

Lleva seis años como técnico del Ciudad de Logroño y su deseo es seguir. Pese al caché que tiene en Europa todo entrenador español (informa que «en la Asobal todos los entrenadores son españoles y eso demuestra que hay nivel» al tiempo que pondera los logros de Álvaro Senovilla, otro ex, al frente del Balonmano Nava), Miguel Velasco se siente a gusto en Logroño. «De momento, con ser segundo (de Chema Rodríguez) en Hungría me vale. Para nosotros no es tan fácil como para un jugador. Los entrenadores a la hora de salir», informa, «no solo valoramos lo económico sino también los proyectos».

Y la tercera razón que le ancla al Ciudad de Logroño y a La Rioja es que «aquí se vive muy bien» hasta el punto que su familia es tan navera como logroñesa.