Que el Gobierno regional le haya designado para llevar adelante los proyectos vinculados al sector del envase y el embalaje y la difusión del español en una fundación que se llama 'para la transformación de La Rioja' da pistas de la relevancia de la encomienda recibida por Arturo Colina.
Usted dirige un ente que se llama 'para la Transformación de La Rioja'. ¿En qué debe transformarse la Comunidad riojana?
La transformación que a nosotros nos toca realizar está basada sobre todo en los grandes proyectos que ya estaban iniciados, que tenían cuatro grandes áreas, y se nos ha dado la responsabilidad directa sobre la Ciudad del Envase y el Embalaje y en todo lo que tiene que ver con Valle de la Lengua, incluido el PERTE de la nueva economía de la lengua. Con el tema de la Sociedad Digital, en algo estamos trabajando y ahora que se ha presentado el proyecto Techrioja, entiendo que confluirán muchos de intereses. Intentamos invertir todo lo que estaba previsto en los proyectos que están iniciados o con visos de seguir con fondos europeos y no perder ni un solo euro, no devolver nada de lo que tenemos entre manos y ejecutarlo.
Uno de los cometidos que le encomendó el presidente Capellán es 'redefinir y redimensionar' la Ciudad del Envase y el Embalaje que el actual Gobierno heredó del anterior ejecutivo. ¿Cómo está ese proyecto?
La idea inicial era hacer en torno al centro de investigación del envase y el embalaje toda una ciudad, con empresas y centros que trabajasen sobre este tema y materias primas como el plástico, madera, cartón y demás. A medida que pasó el tiempo se perfiló todo en torno a los plásticos, todo tipo de derivados de polímeros que utilizan las empresas del sector. Para redefinirlo, hablé con los técnicos del envase para plasmar las necesidades reales del futuro centro de investigación; pasamos de unas expectativas de unos 9.000 metros cuadrados a otro de 5.600, que es lo que hemos hecho.
¿Está ya listo el proyecto arquitectónico del futuro centro del envase y el embalaje?
Está ya visado por el Colegio de Arquitectos y estamos en vías de sacar los pliegos para poder licitar la obra en mes o mes y medio. En el ínterin, tuvimos que comprar tres parcelas en el polígono de Calahorra que suman 12.000 metros cuadrados y el centro lo construiremos sobre dos de ellas y dejamos un tercio por si hubiera que ampliar. El proyecto sigue su curso y mientras se construye el edificio, que tardará prácticamente un año, se alquiló una nave que está completamente dotada, con tres laboratorios de cromatología líquida y de ensayos químicos y físicos, con técnicos del envase ya trabajando; a finales de enero llegará el resto de maquinaria.
¿Y qué es lo que se hace en esa nave provisional?
De momento, investigación propia sobre limpieza de polímeros para poder utilizar los residuos y combinarlos con polímero nuevo. Hay ya empresas de proyectos europeos o nacionales, una catalana, otra riojana y un acuerdo con Ecoembes, para las que somos el centro tecnológico que les hace el desarrollo y ensayos.
¿Cuándo estará en funcionamiento el centro?
Tenemos que tenerlo en marcha en primavera de 2026, contando con unos meses para la licitación y presentación de empresas y un año de ejecución.
¿Ha habido conversaciones con el Gobierno central, que tutela el proyecto en cuanto a las ayudas comprometidas, para revisar el calendario de puesta en marcha?
La financiación del centro del envase no lleva financiación europea, sino fondos de la Comunidad autónoma y de cuatro ministerios y vamos cumpliendo los plazos.
De eje estratégico, como lo definió el equipo de Concha Andreu, se ha pasado a un proyecto de menor tamaño. ¿Qué aportará el centro del envase a la economía regional?
La aportación que podamos tener al sector es la misma que estaba prevista. Otra cosa es el movimiento o traslado de empresas que puedan venir al polígono y ahí el sector empresarial es sabio y sabe cuándo necesita trasladarse. Pero en cuanto a la colaboración con el sector, seguimos visitando empresas y colaborando con ellas. De hecho, en breve se presentarán a la ADER (Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja) dos proyectos en los que somos el centro especializado incluso para poder tener alguna patente.
¿Se trata de inversiones nuevas que llegan desde fuera de la región?
Son nuevas porque no hay nadie en el sector que trabaje en ello y por eso en uno de los casos puede dar origen a una patente; hay empresas de fuera y también riojanas. Se trata de proyectos para hacer en colaboración con empresas ya constituidas en La Rioja desde hace tiempo.
En su día, cuando el actual Gobierno chequeó el interés del sector del envase y el embalaje por el proyecto no encontró demasiado interés empresarial por instalarse en su entorno. ¿La situación es la misma o hay ya empresas que lo vean atractivo?
Hemos ido a un tema mucho más específico y hemos aparcado el tema de la madera, el papel y el vidrio y nos centramos en los polímeros. Las empresas que trabajan con plásticos tienen mucho interés en que sigamos adelante y algunas, de ámbito nacional, han venido a pedirnos colaboración para sus proyectos.
En envases de plástico ¿podrá convertirse el centro de Calahorra en un referente en España?
Sí, es lo que perseguimos y de hecho la denominación será Centro Nacional de las Tecnologías, Industria y Desarrollo del Envase (Centide).
¿El plástico es el material que genera más interés en las empresas?
Fundamentalmente. Tanto por el reciclaje y porque a partir de 2027 cambiará la normativa europea en el tema del reciclado y de la aportación de plástico reutilizado al nuevo para elaborar desde botellas a bandejas de agroalimentación o cualquier tipo de envases.
¿Cuánto costará construir el centro?
Está en torno a 10,3 millones de euros para la ejecución.
¿Cuántas personas trabajaran en él?
Lo mismo que hemos rebajado las expectativas en cuanto a superficie y equipamiento, en la plantilla también. Preveo que cuando todo esté en marcha, con los tres laboratorios montados y la planta de producción, estaremos entre 25 y 30 personas.
El otro gran cometido de la Fundación tiene que ver con la promoción del español, con tres proyectos, el Observatorio del Español, el Centro de las Industrias del Español y Valle de la Lengua. ¿Hay materia para que todos tengan su espacio?
Perfectamente. En el entorno del macroproyecto de Valle de la Lengua había una línea, desde el punto de vista turístico, centrada en el eje entre San Millán y Nájera. Pero de San Millán a Nájera se puede ir por el valle del río Cárdenas, por el Tuerto o por el Nájerilla. Inicialmente solo estaban previsto los municipios del Cárdenas y lo que hemos hecho es ampliar superficie. Todo esto queda incluido en un proyecto denominado Valle de la Lengua, con fondos europeos MRR (Mecanismo de Recuperación y Resiliencia), y la Comunidad autónoma firma convenios con cada municipio para actuaciones en ellos y ejecutar directamente lo que se hará en el monasterio.
¿Y los otros dos proyectos?
El Observatorio Global del Español es un acuerdo entre el Instituto Cervantes y la Fundación para la Transformación, según el cual tendrá la sede en La Rioja y todos los estudios referentes al español en el mundo y la coordinación de los observatorios que hay en otros países se hará desde aquí. Hay una aportación de fondos del Cervantes y de la Comunidad autónoma. Lo pusimos en marcha ya en marzo y nuestro compromiso era también contratar a diez jóvenes investigadores que están trabajando en San Millán.
¿Y el Centro de las Industrias del Español?
El PERTE de la Nueva Economía de la Lengua tiene fondos europeos MRR. En ese proyecto, las dos grandes aportaciones serán un gran espacio de datos para recopilar el mayor corpus oral del español existente, para lo que se necesitará una infraestructura propia, como el software y el hardware para albergar todos esos datos, y subcontratar parte del personal para el trabajo de recopilación con empresas o instituciones, como pueden ser universidades. Además, el convenio establece que tenemos que hacer una feria internacional de emprendedores que trabajan con inteligencia internacional y un congreso mundial de empresas que trabajan también en IA y del español y modelos de lenguaje. Tenemos que tenerlo todo en 2026.
El Observatorio del Español echaba a andar formalmente ya hace unos días. En el caso del Centro de Industrias del Español, ¿en qué fase está?
En 2026 tendremos que tenerlo todo cerrado y para el equipamiento y actuaciones tenemos todo 2025 y 2026 para ejecutarlo.
Se anunció que estaría en un nuevo edificio que se construirá en el campus de la Universidad de La Rioja. ¿Cómo va ese proyecto?
Inicialmente iba a ir a allí, pero ahora después de las presentaciones de todo el tema de tecnología que se centralizará en el Techrioja, no sé cómo quedará, porque estamos más cerca del tema de industrias del español y de la vinculación con la inteligencia artificial que del sector universitario con aplicación educativa.
Es decir, ¿la sede del Centro de Industrias del Español podría estar en el complejo tecnológico Techrioja que proyecta el Gobierno de La Rioja en el recinto ferial de Albelda?
No está decidido, pero yo pienso que debería estar allí.
Por tanto, el proyecto del campus se desecharía.
En aquel proyecto había también un paraninfo universitario, porque había que dar cabida a un espacio grande...no sé hasta qué punto eso iba a ser compatible en el mismo edificio. Creo que interesa más vincular el centro al entorno de la innovación, del emprendimiento y donde tengamos toda la estructura de nuevas tecnologías y la IA, porque la inversión necesaria para ese gran centro de datos será importante. En el convenio figura que entre el espacio de datos y el corpus oral son 10,5 millones.
Con lo cual en el recinto ferial de Albelda se va a crear un complejo tecnológico muy potente.
Sí, creo que es el embrión de algo muy importante para la Comunidad.
¿De qué manera repercutirá esa nueva industria de la lengua en crecimiento económico para la región?
Hay empresas, desde pequeñas startups a las más grandes, que necesitan entrenar modelos del español para temas que van desde salud a turismo, y que las plataformas que se creen entiendan perfectamente qué es lo que tú preguntas para que te puedan responder en tu mismo lenguaje, porque no es lo mismo que pregunte alguien de Cádiz, en Galicia o en México. Este tipo de etiquetado, de entrenamiento del español, con sus diferencias, es lo que intentaremos hacer con nuestra aportación. De hecho ya habido alguna empresa internacional muy importante con la que a lo mejor podemos tener una confluencia de intereses para compartir datos.
¿Qué peso tendrá la parte riojana del Observatorio del Español si la sede ejecutiva estará en Madrid?
La sede social estará en La Rioja, pero en la sede del Instituto Cervantes es donde estará habitualmente el director y una plantilla con él de cinco personas. En La Rioja tendremos una persona puesta por el Cervantes y nuestro personal adscrito a San Millán. Y las actividades relacionadas con la difusión del Observatorio se harán en La Rioja. Los días 2, 3 y 4 de diciembre intentaremos tener en Logroño y en San Millán a todos los responsables del español en Europa de 24 países, en torno al informe del español en el mundo. Esperamos que cada semestre haya reuniones en la Comunidad. Las grandes reuniones del Observatorio se harán aquí; de hecho, para 2025 se está intentando que sus representantes de todo el mundo puedan venir a La Rioja.
¿Habrá que hacer obras en San Millán?
Utilizaremos las instalaciones del Cilengua (Centro de Investigación de la Lengua) en todo lo que podamos.
¿Qué intervenciones se apoyarán en los municipios para potenciar el turismo vinculado a la lengua?
Partiendo de la idea turística de cada municipio, intentamos solventar los problemas. Por ejemplo, San Millán, salvo dos casas rurales, solo tiene la Hostería del monasterio y a muchos estudiantes su condición económica no les permite estar en hotel de cuatro estrellas, por lo que la actuación que haremos será un albergue de unas 54 plazas y un bar-restaurante, que además es una reivindicación de hace mucho tiempo. En Badarán, la reivindicación era la Casa del Teatro, por lo que haremos un edificio con todos los elementos para el teatro y las artes escénicas. En otros municipios más pequeños serán parques temáticos referidos a las letras dirigidos a niños. Al ser fondos MRR, las subvenciones son al cien por cien y los municipios no tendrán que cofinanciar nada, pero les supone trabajo burocrático y en muchos casos tendremos que ayudarles.
Un gran reto en torno a San Millán es esa magna exposición que proyecta el Gobierno riojano en 2026, con intención de mostrar temporalmente las Glosas Emilianenses. ¿Cómo van los preparativos?
Queremos hacer una gran exposición en el monasterio, donde intentaremos cambiar un poco la visita actual y la presentación de la devoción a San Millán y su evolución y la del idioma, ojalá con las Glosas. Pero si no pudiéramos tenerlas, esta exposición piensa ya en aportaciones mucho más actuales, de realidad virtual y aumentada, con gafas de 3D, y espacios envolventes, que se quedarán después en el monasterio. Y no solo queremos tener ese glosario en sí, sino traer también multitud de piezas que partieron de San Millán y se extendieron por todo el mundo. Hay piezas en el British en el Louvre, en el Museo Arqueológico Nacional que intentaremos traer para esa exposición y que nos permitan hacer reproducciones para que puedan quedarse.
¿Estamos más cerca de que vengan las Glosas o de que no?
Yo estoy convencido de que vendrán, temporalmente, claro. Simplemente por sentido común. No creo que el glosario esté tan mal como para no poder salir de una biblioteca con condiciones de temperatura, humedad, luz o seguridad que no nosotros podremos tener iguales o mejores que donde está. Si no es por cuestiones ajenas a lo que es la pieza, el patrimonio y su movilidad, entiendo que tienen que venir. De hecho, estamos pensando en algún otro códice más bonito, miniado y colorido.
¿Cuál?
Hay algunas joyas que están fuera de España, o incluso en la misma Academia (de la Historia), con más tirón mediático, aunque no tengan las anotaciones al margen como las Glosas. Pero no quiero lanzar las campanas al vuelo hasta que tengamos una respuesta. Hubo unos cien glosarios que salieron de San Millán y están repartidos por muchos sitios y de ellos hay una docena de muchísimo valor. Y como piezas expositivas, mucho más bellas para exhibir que el propio códice.
Otro eje estratégico en el anterior mandato era el proyecto Territorio Digital. ¿En ese ámbito se hará algo o se vincula al proyecto Techrioja?
Nos estamos moviendo algo a nivel de supercomputación, pero aún no está cerrado. Querríamos aportar capacidad de cómputo a todos los investigadores de La Rioja, empresa y universidades. Lo que haríamos sería tener una especie de data center para utilizarlo nosotros y abrirlo a empresas, investigadores, universidades y a todo el que lo demande.
¿Hay alguna otra línea de trabajo en la Fundación para la Transformación de La Rioja?
Hay una labor muy importante que no se ve demasiado, que es la ayuda a los pequeños municipios para que muchos de los proyectos con fondos europeos puedan materializarse. Es un trabajo sordo muy importante para la Comunidad. Hay muchas otras ayudas europeas para el mundo rural, pero en casi todas los municipios tienen que cofinanciar, pero en esta ocasión lo van a tener financiado al cien por cien, por lo que tenemos que volcar en la idea de no tener que devolver ni un solo euro.