2 hundimientos seguidos generan alarma en el barrio de bodegas

G.B.
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La calle de los calados que colapsaron estaba declarada en ruina. Rioxa Nostra denuncia falta de alcantarillado como causa del deterioro y el Ayuntamiento de Villamediana culpa al anterior equipo de Gobierno

Un grupo de vecinos observa los restos de una de las dos bodegas que se han hundido en pocas horas en el cerro de San Cristóbal de Villamediana. - Foto: Óscar Solorzano

El barrio de bodegas de Villamediana de Iregua amenaza ruina y no es una frase hecha. En pocas horas, las que van desde las 21,30 horas del domingo a la mañana de este lunes, dos de los calados que horadan el cerro de San Cristóbal, y las edificaciones que tenían encima, se vinieron abajo, sin que hubiera que lamentar daños personales. 

«Son dos bodegas que se usaban como merenderos, como la mayor parte en Villamediana, pero sus dueños dejaron de frecuentarlas desde otoño porque vieron peligro; había grietas que se iban agrandando y desprendimientos del hormigón de la cuesta», explica el concejal de Cultura, Patrimonio y Barrio de Bodegas, Diego Moreno.

De hecho, la calle en la que se encuentran, detrás de la plazoleta, declarada en ruina por el Ayuntamiento, se había acotado hace en torno a un año y desde más recientemente se había cerrado con vallas. El domingo, se desplazó al lugar incluso el equipo de rescate canino ante el temor de que pudiera haber gente bajo los escombros, dado que en otra bodega cercana suelen entrar okupas, indicó el edil. 

Sobre la situación del barrio de bodegas planea la reciente aprobación del Plan Especial para su recuperación, que recibió el visto bueno municipal hace dos semanas, aunque su tramitación viene de la pasada legislatura. 

Y surgen críticas, como las que ha recogido la asociación de defensa del patrimonio Rioxa Nostra, que achaca el progresivo deterioro de calados y merenderos a la falta de alcantarillado en el barrio, que hace que el agua del cerro se filtre y reblandezca el terreno, lo que se traduce en desmoronamientos en cadena, porque la mayoría están conectados o próximos entre sí.

«Hay una dejación clara de funciones por parte del Ayuntamiento, que se está dejando caer el barrio de bodegas entero; probablemente haya más hundimientos», apunta el presidente de Rioxa Nostra, Isaac Martínez, que cuestiona que el Ayuntamiento desatienda esta zona del pueblo, con una exigua convocatoria de ayudas para rehabilitación con un total de 10.000 euros y un tope de 2.500 euros por bodega, cuando ha invertido «cientos de miles de euros» en reabrir el spa.

Martínez asegura que su asociación mantuvo una reunión hace menos de dos meses con propietarios de bodegas, entre ellos el de la que se vino abajo ayer, y el sentir general era de inacción y silencio municipal ante sus requerimientos de intervenir en el barrio, principalmente para atajar la falta de alcantarillado, que se traduce en que ni siquiera la fuente pública tiene recogida de aguas.

La visión del concejal Diego Moreno, del actual equipo de Gobierno del PP, es radicalmente distinta. El responsable del barrio de bodegas admite la ausencia de alcantarillado, pero alega que el Ayuntamiento no tenía potestad legal para realizar obras en la zona hasta la aprobación del Plan Especial, que recibió el visto bueno del Pleno municipal hace dos semanas.

«La falta de previsión y el aplazamiento del Plan Especial por parte del anterior equipo de Gobierno ha llevado a esta situación caótica que tratamos de revertir», asegura  Moreno, en alusión al anterior mandato del PSOE. A su juicio, sin Plan Especial, el Ayuntamiento estaba atado de pies y manos al no poder intervenir en propiedades privadas sin una normativa que lo avalase. «Trabajamos por poner a punto el barrio, con numerosas intervenciones en los dos últimos años, que han mejorado la seguridad y la estética del barrio», remarca el segundo teniente de alcalde. 

Desde Rioxa Nostra no se creen ese compromiso con la atención a todo el entramado de calados y merenderos, un patrimonio etnográfico que atesora siglos de tradición vitícola. «El Ayuntamiento ha respondido con silencio a las reclamaciones vecinales y ha pasado del tema», concluye Isaac Martínez.

El barrio de bodegas de Villamediana, exponente de este tipo de espacios para pequeñas producciones de vino y lugares de reunión, que inició su momento de auge en los siglos XVI y XVII, tiene 211 calados y 279 recuevas.