El aullido del lobo resuena ya en uno de cada tres núcleos urbanos riojanos tras la incorporación de las localidades de Robres del Castillo y Santa Engracia, situadas ambas en el valle del Jubera, al mapa de municipios con presencia del cánido. Un documento que desarrolló por primera vez la Administración comandada por Concha Andreu durante la pasada legislatura y que el Gobierno de Gonzalo Capellán ha actualizado recientemente. Dicho de otra forma, el mapa, creado en su día con el objetivo de abonar unas ayudas de carácter inédito para compensar los daños originados por el lobo, ha pasado en algo menos de dos años de las 47 localidades iniciales a las 54 actuales con al menos, dos actualizaciones.
Incorporaciones derivadas de los ataques de lobo a ganado extensivo, fundamentalmente ovejas, en pueblos en los que hasta 2022 no se había detectado la presencia del depredador. La primera de ellas incluyó a Torrecilla en Cameros y Castroviejo en un documento que, en los últimos partes de ganado muerto por la dentellada del cánido remitidos al área de Gobierno que gestiona Noemí Manzanos, evidencia su presencia también en el valle del Jubera (Robres del Castillo y Santa Engracia).
Por proyectar con otra imagen, más allá de los municipios integrados en el mapa, el cánido, como se aprecia en el gráfico correspondiente al presente ejercicio, se expande ya por algo más de un tercio de la geografía regional, teniendo en cuenta siempre la amplitud de la zona de sierra en el ámbito de la Comunidad, fundamentalmente en la zona de la Demanda.
Última actualización del mapa del lobo - Foto: El DíaEn cualquier caso, la expansión del depredador, por pura lógica tras prohibir su caza, suponía una realidad que a nadie se escapaba. De hecho, la nueva actualización del mapa del Gobierno regional da la razón al sector ganadero pero también a los colectivos ecologistas, aunque los argumentarios de unos y otros discurran por unas líneas paralelas muy distantes.
Los primeros observan con atónitos la conquista de nuevas zonas de sierra de la región ante una sucesión de ataques al ganado extensivo que, a falta de los datos oficiales que guarda la consejería de Agricultura, no cesan. Desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) La Rioja, alertan incluso de que en las últimas semanas el depredador ha dirigido su objetivo a potros y terneros, precisamente en el valle de Ocón.
Los ecologistas, por su parte, defienden sin tapujos la expansión de la que se viene hablando desde años atrás y aplauden la prohibición sobre el abatimiento de ejemplares. Dos posiciones enfrentadas en las que también se sitúan populares y socialistas.
Censos. El último censo oficial que reflejó datos relativos a la Comunidad autónoma, dentro de su programación nacional, se elaboró entre los años 2012 y 2014. Hace ahora diez años, aquel censo situaba una única manda en La Rioja y compartida con la provincia de Soria y Burgos. Evidentemente se localizaba por la extensa sierra de la Demanda.
Desde aquel momento, solo se han podido lanzar estimaciones e hipótesis que hablaban de cuatro manadas estables en la región hasta hace dos años basando las especulaciones en ataques en diferentes zonas de La Rioja prácticamente al mismo tiempo. De hecho, ya en septiembre de 2023, la propia consejería de Agricultura envió un informe a la Comisión Europea cifrando en 38 los machos adultos que se asentaban en La Rioja y detallaba la ubicación de cuatro manadas reproductoras extendidas por el Alto Najerilla, el Alto Oja y el Alto Iregua.
El área de Gobierno que dirige Manzanos elabora actualmente un nuevo censo de población de lobos del que aún no han trascendido datos. Ahora bien, el sector ganadero, acostumbrado a caminar los montes, habla ya de entre cinco y seis mandas distribuidas de este a oeste de la Comunidad autónoma.
Y todo ello, en un momento en el que la Administración de Capellán diseña un nuevo protocolo para la convivencia del lobo y la ganadería extensiva en el que, como principal modificación, quiere el eliminar el porcentaje referido a la extracción del cánido en zonas donde se registren ataques recurrentes en un plazo de tiempo establecido. Un punto recurrido que quedó sin efecto.
Dicho de otra forma, el cambio que propiciaron las urnas en mayo de 2023 trae consigo un radical cambio de modelo a la hora de abordar la tan manida y poco exitosa convivencia.