El proyecto Bosonit, que había generado enormes expectativas de creación de empleos cualificados con un vanguardista centro tecnológico en el casco antiguo de Logroño, se esfuma. La compañía fundada por Miguel Fernández comunicó ayer al Ayuntamiento de Logroño su renuncia a seguir adelante con el proyecto, que se había plasmado en un acuerdo con el Consistorio, de manera que el prometido centro de tecnología digital se queda finalmente en agua de borrajas, como ya anticipó El Día de La Rioja
La creación del centro tecnológico de Bosonit, que planteaba edificar su sede en una parcela adquirida al Consistorio aledaña a la iglesia de Santa María de Palacio, chocó desde el principio con la oposición de varias organizaciones sociales por su impacto visual sobre el templo y el Camino de Santiago. Durante el mandato del anterio equipo de Gobierno local, comandado por Pablo Hermoso de Mendoza, que apoyó la iniciativa, la oposición al proyecto traspasó fronteras y llegó al Icomos, organismo asesor de la Unesco, que llegó a amenazar con retirar la declaración como patrimonio de la humanidad al tramo del Camino de Santiago a su paso por Logroño, lo que llevó finalmente, ya con Conrado Escobar como alcalde, a reconsiderar el proyecto tal y como estaba concebido, con la firma del prestigioso arquitecto japonés Kengo Kuma. El actual Gobierno local alcanzó un acuerdo con Bosonit para rebajar el volumen del edificio a cambio de uno solar en la calle Hospital Viejo para construir viviendas, un convenio que sim embargo no llegó a firmarse, pese a haber sido anunciado oficialmente.
Las dudas sobre la capacidad financiera de la compañía para emprender semejante proyecto venían ya sembrado muchas dudas sobre la materialización de ese acuerdo, que finalmente se han visto confirmadas con la renuncia de la empresa, que ha trasladado a su plantilla un mensaje de tranquilidad sobre la continuidad de su actividad empresarial, desde su actual sede en la Gran Vía logroñesa.