Las relaciones vecinales suelen ser complicadas en el fútbol. Rara vez hay equipos 'hermanos' en la misma región, casi nunca en la misma ciudad. El ejemplo catalán rompe los esquemas: así como del duelo Barça-Espanyol han saltado chispas, el entente entre Barcelona y Girona ha sido de cordialidad, entendimiento y hasta hermandad en muchos momentos de la historia. «Les queremos», llegó a decir Joan Laporta sobre el club revelación de la competición liguera(y también de Europa).
Desde la fundación del Girona FC (1930), el Fútbol Club Barcelona ha sido un aliado perfecto en la consolidación y crecimiento del proyecto que hoy abanderan Geli, Cárcel y Míchel. Desde los partidos benéficos en los años de la Guerra Civil y posteriores hasta la inauguración de Montilivi (amistoso entre ambos clubes en 1970), pasando por la política de cedidos de varias promesas de La Masía que permitió a los gerundenses sumar dos ascensos entre 2006 y 2008…
El nombre de Pep Guardiola es uno de los grandes 'hilos visibles' que han cosido la relación entre ambos clubes. En mayo de 2017, la entidad logra el ascenso a la máxima categoría; y en agosto, el City Football Group y el Girona Football Group adquieren a partes iguales el 88,6% de las acciones del club. La idea del CFG es la de captar y echar a rodar en muchos 'clubes satélite' (este se incorpora a un tejido del que ya formaban parte el NY City, Atlético Torque, Bolívar, Melbourne, Palermo, Lommel, Troyes…) futbolistas prometedores que puedan alimentar en última instancia al 'gigante' inglés. La idea del GFG, presidido por Pere Guardiola, hermano del entrenador, es la de hacer crecer deportiva e institucionalmente a la revelación de LaLiga hasta asentarlo como fijo en Primera… e incluso ubicarlo en la zona noble de la clasificación.
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Delfí Geli, presidente del Girona Fútbol Club, es un ex jugador que salió de la cantera del Barça. Quique Cárcel, director deportivo, pasó por la cantera azulgrana hasta llegar al Barça B. Y en el primer proyecto en Primera estaba Eusebio en el banquillo y, en la plantilla, exblaugranas como Muniesa, Planas, Lozano, Suárez, Montes e incluso el coreano Park Seun-Ho militaba en el filial gerundense (el Peralada) tras haber pasado por las categorías inferiores del Barça y haber militado dos años en el segundo equipo culé.
Fue el último año de habitual azulgrana en el Girona: el City no exige exclusividad a sus participados, aunque no veía con buenos ojos que el Barça hiciera con su 'club hermano' lo que él pretende hacer con los clubes del Grupo. Poco a poco, el número ha descendido… pero gracias a los Guardiola todavía hay hueco para 'colar' a futbolistas como Eric García y Pablo Torre (el primero podrá jugar ante su equipo, el segundo no porque tiene activada la 'cláusula del miedo').
Y eso que este verano hubo tirantez en la habitual relación plácida entre clubes cuando Oriol Romeu, pilar del Girona el pasado curso, fue 'arrebatado' por 3,5 millones de euros (tenía una cláusula de 8). «Mi opinión es que si fichamos a un jugador del Girona, es que estamos ayudando al Girona», llegó a afirmar Laporta… a lo que Pere Guardiola contestó tajante: «Si el Barça quiere ayudarnos, lo que no debe hacer es quitarnos a Oriol». Ya en la 21/22 los de Montilivi torcieron el gesto cuando el Barcelona se negó a venderle a Abde, Mika Mármol y Collado… y los culés hicieron algo parecido cuando los 'blanquirrojos' buscaron 'ayuda' en el Real Madrid (Miguel Gutiérrez, Javi Hernández y Reinier).
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Es probable que, con el Girona crecido por su actual trayectoria y con el Barça apoyado en esa 'superioridad histórica', la actual relación no sea la mejor. Pero es imposible sustraerse a que el duelo de hoy en el estadio de Montjuïc, en todo lo alto y con las mayores expectativas de la historia, tenga un aire de derbi fraternal.