La enfermería podría considerarse una profesión de riesgo en algunas ocasiones. El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Servicio Riojano de Salud (SERIS) ha registrado un total de 76 incidentes con agresiones en las que ha habido 89 trabajadores afectados en este 2023, desde enero hasta el mes de septiembre de este año.
Unos 30 trabajadores forman parte de los servicios de Atención Primaria, lo que supone un 33%; y 54 trabajan en el hospital San Pedro, lo que supone un 60%. De todos estos, 31 empleados son enfermeras, de las 21 están en el hospital San Pedro, nueve en Atención Primaria y uno en el Hospital General de La Rioja.
La delegada de Sanidad del Sindicato de Enfermería Satse en La Rioja, Patricia Mogena, detalla que 16 de estas 31 agresiones han sido cometidas por pacientes con problemas psiquiátricos. El resto las han realizado pacientes sin patología mental o familiares y acompañantes.
Estas agresiones al personal sanitario han aumentado respecto al año pasado, ya que el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales registró un total de 64 incidentes con 77 trabajadores afectados.
Aparte, estos datos muestran que las agresiones a enfermeras relacionadas con la salud mental, a pesar de ser la mitad, han disminuido con respecto al año pasado, ya que el año pasado hubo 19 incidentes con 27 trabajadores.
Mogena indica que la mayoría de estas agresiones a enfermeras suelen producirse en los mismos servicios. «21 de las agresiones a enfermeras han sido en el hospital San Pedro, y más de la mitad se han producido en urgencias. Las nueve ocasionadas en Atención de primaria han sido en las consultas», señala.
Por otra parte, el Colegio de Enfermería de La Rioja tiene unos datos en los que se refleja que las enfermeras fueron el colectivo más afectado por estas agresiones en el año 2022, con 41 incidentes, representante el 36%. El segundo colectivo con más agresiones fueron los médicos facultativos, con 31.
Por otro lado, la delegada de Satse indica que la mayor parte de estas agresiones que se han producido, tanto este año como el pasado, son verbales, amenazas y destrucción del mobiliario, mientras que las físicas no son las más frecuentes. De hecho, algunas veces se han dado casos en los que pacientes o acompañantes de estos han agarrado a alguna enfermera.
Asegura que todo incidente de este tipo es desagradable aunque «solo sea que te hayan pegado cuatro gritos». «Una piensa que está intentando hacer el trabajo lo mejor posible y a la vez, tiene que entender que el paciente está esperando y está mal pero se va a hacer todo lo necesario para poder hacerlo», subraya.