La batalla legal para que la familia de Salwa, la mujer de origen sirio asesinada a manos de su marido a principios de julio de 2023, se haga con la tutela de sus tres hijos va alcanzando su meta, en principio, definitiva. La Audiencia Provincial ha estimado recientemente el recurso de apelación presentado por la representación particular de la familia en virtud del cual se legitima a los abuelos de los menores a solicitar la citada tutela. La Audiencia allana de esta forma un camino en el que brotó un inesperado bache cuando el juez sustituto del juzgado de Violencia sobre la Mujer adoptó la decisión de vincular la custodia de los tres hijos a la Comunidad autónoma de La Rioja a través de sus Servicios Sociales. Una decisión que dejaba a la familia sin la legitimización correspondiente para reclamar la tutela de los menores.

De hecho, tanto la Comunidad autónoma, que ostenta aún la custodia de los tres hijos, como la representación particular de la familia, presentaron sendas demandas en diferentes momentos para solicitar la custodia de la familia. Demandas que fueron inadmitidas al entender el juzgado que no existía legitimación activa por parte de los abuelos maternos. La resolución  fue recurrida en apelación ante la Audiencia Provincial que finalmente estimar las alegaciones bajo la afirmación de que los abuelos sí disponen de legitimación para promover el procedimiento de tutela.

Así las cosas, el próximo mes de mayo el juzgado resolverá la demanda interpuesta por la Comunidad, a la que quiere sumarse en similares términos la representación particular. Dicho de otra forma, podría ponerse fin a una larga batalla legal que a su vez, pondría el punto final a la tutela de los menores.

En cualquier caso, las previsiones apuntan a que los tres hijos de la mujer de origen sirio, con edades comprendidas entre los 7 y los 11 años cuando se desarrollaron los fatídicos hechos, deberán esperar al menos hasta que concluya el curso escolar para que el juzgado  otorgue todos los permisos necesarios para que puedan trasladarse definitivamente al país germano en compañía de la familia de su madre y ya en posesión de la legítima custodia. De cumplirse las previsiones, habrá pasado un año desde que Samer, el marido de Salwa y padre de los tres menores de edad, asesinó a su esposa para posteriormente intentar quitarse la vida en el río Ebro a su paso por Logroño en compañía de sus tres hijos.

Documentación pendiente. Resta aún numerosa documentación por analizar por las partes legales vinculadas al procedimiento legal por lo que todo apunta a que el proceso se prolongará en el tiempo. 

Las últimas novedades que han ido trascendiendo en este sentido hacen referencia a los informas forense y psicológico a los se sometió el marido de Salwa tras la solicitud de la defensa, liderada por el abogado Alfredo Arrien. Solicitud en el que la defensa apreciaba síntomas de estrés postraumático provocado por los continuos episodios de violencia vividos en su país de origen fruto del conflicto bélico.

Sin embargo, los informes psicológico y forense «no objetivan alteraciones volitivas» ni «síntomas clínicos que hayan podido influir en la conducta» a pesar de que el asesino confeso de la mujer siria insistió en el transcurso de la evaluación que en el momento de los hechos escuchaba ruidos.