"No iba a vivir así y cualquier día me tiraba por la ventana"

David Hernando Rioja
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Otra mujer afectada por esta enfermedad es Isabel Gurrea, a quien se la diagnosticaron en 2023. Antes, su situación empeoró mucho en 2019 cuando tuvo unos dolores «totalmente diferentes» a los que había tenido hasta ese momento porque eran continuos

Isabel Gurrea en las urgencias del hospital de Calahorra - Foto: Carlos Caperos

Otra mujer afectada por esta enfermedad es Isabel Gurrea, a quien se la diagnosticaron en 2023. Aunque esta vecina de Calahorra denuncia que desde que le vino la regla por primera vez, a los 12 años, ha sufrido sangrados muy abundantes, vómitos y mareos pero «esto es normal porque eres mujer y lo tienes que aguantar», señala irónicamente.

Su situación empeoró en 2019 cuando tuvo unos dolores «totalmente diferentes» a los que había tenido hasta ese momento porque eran continuos. Gurrea estuvo viviendo tres años con un dolor constante, contracciones, infecciones de orina y visitando urgencias a diario. Otro problema es que no podía dormir del dolor que padecía pero «tenía que ir a trabajar porque era lo único a lo que me podía agarrar para seguir haciendo mi vida normal».

La situación fue tan extrema que esta mujer llegó a expresar a su médico que «no quería vivir más así porque no podía hacer mi vida y que cualquier día me tiraba por la ventana». La solución de los médicos fue mandarle antidepresivos.

Encontrar un remedio a su problema no está siendo fácil. Primero le recetaron anticonceptivos pero no le ayudó a mitigar el dolor, y luego le mandaron un medicamento experimental «que se usaba para la próstata y lo tuve que dejar de tomar a los dos meses», recuerda.

El siguiente paso fueron unas inyecciones semestrales que te provocan la menopausia pero tampoco le sirvieron. Aunque hace año y medio le colocaron un DIU con el que «empecé a ver la luz porque los dolores se calmaron».

Esta es una enfermedad que afecta mucho psicológicamente a algunas mujeres afectadas. Gurrea cuenta que estuvo encerrada en casa casi tres años ya que solo salía para ir a trabajar. «No iba con mis amigas y no hacía vida social porque no podía», lamenta.

Gurrea clama para que se le dé a la endometriosis la importancia que realmente tiene. «Hay unas silenciosas que no causan dolor y hay otras con mucho dolor. No es solo cuando baja la regla, sino que se crean adherencias que afectan a otros órganos», advierte.