Hace menos de un mes que el propietario de Naturhouse y presidente de la UD Logroñés lanzó en un libro en el que ha reunido todas sus memorias, escrito por Pedro Luis Gómez. Tras años difíciles tanto en lo personal como en lo deportivo, el máximo accionistas y propietario de la UDL centra sus esfuerzos en el trabajo «porque me gusta» y espera un ilusionante futuro para la disciplina blanquirroja, con una de sus mayores enseñas a pleno rendimiento: la Ciudad Deportiva.

El fracaso es el principio del éxito. ¿Coincide con esta afirmación?
Sí, siempre ha sido mi teoría. Así ha sido mi vida, fracasos y éxitos. Lo explico en el libro. La vida te da muchos palos, como la muerte de mi abuelo o una problemática por una beca en los Escolapios. Mi familia era humilde, no podía salir fuera ni pagarme unos estudios fuera, así que empecé en la Guardia Civil y fue ahí donde cambiaron mis circunstancias. Iba para militar y con un libro de Lee Iacocca (creador de Ford Mustang y CEO de Chrysler) fue cuando me adentré en economía.

Emprendedor... ¿se nace o se hace?
No lo sé porque me lo han preguntado muchas veces. Por ejemplo a mi abuelo, agricultor antiguo. Los agricultores de antes tenían de todo: secano, regadío, árboles frutales, animales de todo tipo y luego eran autosuficientes. Esta idea se ha perdido por completo. Yo he intentado tantas cosas… y las sigo intentando. Ahora tengo una bodega en Logroño y con 77 años, voy a ir a Miami a montar una distribuidora de vinos. Así se empieza. ¿Funcionará? No lo sé. Hace 15 o 20 años monté un negocio que era una especie de vinacotecas. No funciono y lo tuve que cerrar. Punto, a otra cosa.

De los últimos años, ¿daría marcha atrás en alguna decisión que no tomó o para arreglar algo o calcaría al pie la letra lo que ha pasado?
Lo dice el propio libro: el fracaso es el principio del éxito. Hay que tener fracasos para tener éxitos y hemos ido aprendiendo con los fracasos que hemos tenido. Las circunstancias de cuando empezó este club fueron especiales. Antes de meterme en el fútbol, hablé con gente entendida como Joan Gaspar o Sandro Rosell, que me dijeron: no se te ocurra meterte en fútbol y me metí. A lo mejor tenía que haber tomado otra decisión, pero estoy contento por la decisión que tome y para nada arrepentido.

¿Cómo ve al equipo?
Fuerte, lo que pasa que hay dos equipos muy importantes como el Barakaldo y el Bilbao Athletic. Nosotros vamos a intentar alcanzar el segundo puesto esperando a ver si pierde el Barakaldo, pero bueno, aún quedan partidos para hacerlo.

Falta el broche final.
Es nuestro objetivo, ascender nosotros y que ascienda también nuestro segundo equipo. El filial también está bien, luchando con el Alfaro por ese primer puesto. Los objetivos están trazados, ahora queda finiquitarlo. Nos hubiera gustado ascender directamente, pero ha habido otro equipo que ha sido mejor.

Desde que se tocó el cielo en aquel julio de 2020, el equipo ha descendido dos categorías. Ahora parece ver brotes verdes después de tocar fondo.
El fútbol es fútbol y es muy complicado. Puedes tener a los mejores jugadores del mundo y aún así fracasar. Durante unas semanas en la temporada de Segunda, nos encontramos hasta 5 puntos por encima del Girona. Y ahora mira donde está el Girona y donde estamos nosotros. En ese momento pensé: qué ha hecho el Girona que no he hecho yo. Ahora tenemos una Ciudad Deportiva maravillosa y un fútbol base muy bueno: unas bases imprescindibles para crecer en el futuro.

¿El objetivo del club sigue siendo Primera?
Por supuesto. Siempre creo que los objetivos han de ser de estar arriba. Que lo consigamos o no es otra historia, pero que vamos a poner todos los argumentos posibles para que eso suceda. Hemos visto la experiencia del Girona, por eso estoy intentando y negociando con varios clubes importantes para ver si podemos llegar a un acuerdo para hacer lo mismo que ha hecho el Girona con el Manchester City. El fútbol es mundial. Es Europa, África, Asia cada día más y América. Hay que buscar algo que pueda ser importante. Tenemos que buscar la política de un club serio y apoyado por acuerdos con clubes de otros países.

Si este año no se asciende… ¿hay un problema?
No, problema ninguno. Si este año no se asciende hay que seguir. La ventaja que tenemos es que la base del equipo está hecha. Este es un equipo con muy buena base. El sábado me reuní con Diego Martínez, Arturo Guerra y Carlos Lasheras y les dije: tenemos que tener algo como lo que tuvimos cuando subimos a Segunda. No soy técnico de fútbol, pero soy lógico. En aquel ascenso teníamos el armazón de Segunda B, con unos jugadores que habían estado ya dos temporadas juntos y se conocían hasta de espaldas. El jugador puede ser mejor o peor, pero tiene que hacer equipo. Lo que no puede ser es que se haga un equipo nuevo cada año. Ese fue el gran problema del año pasado, que era un grupo nuevo. Director deportivo nuevo, entrenador nuevo… y así nos fue. Esa experiencia no se va a repetir. Hemos aprendido la lección y ahora les digo que un 60/70% del equipo va a seguir la próxima temporada. Con los técnicos hemos trazado un plan A y un plan B, por si subimos o por si no, con un equipo potente en ambos casos.

Iñaki se rompe el tendón de Aquiles. ¿Qué siente cuando se entera de la noticia?
Primero es un problema humano. El club es secundario cuando una persona tiene un problema. Lo más importante son las personas. A mí lo que más me fastidia es que  tenga que pasar por un momento tan difícil para él. Lo primero que hice fue llamarle para decirle: no te preocupes porque tú vas a seguir aquí. Podíamos no renovarlo, pero es Iñaki y se renueva. ¿Por qué? Porque es importante tener a alguien como Iñaki en el equipo, aunque no juegue. Ojo, que va a jugar (ríe). Lo más importante del fútbol es que lo componen seres humanos. En los equipos base, nosotros prohibimos a los padres protestar. Y si lo hacen, es muy sencillo, les decimos que aquí no pueden estar, cogen a su hijo y se van. En la Ciudad Deportiva tenemos que aguantar a los equipos contrarios, pero el fútbol consiste en formar personas. Es en lo que yo creo, mi forma de entenderlo.

Entonces… ¿se queda?
Él se va a quedar en el club, como se ha quedado Sergio. Somos un club humano en el que no le vamos a negar nunca a nadie el poder ascender. Hay que dejar que la gente crezca. Me va a fastidiar, pero si tiene éxito es lógico.

¿Qué va a pasar con la UD Logroñés cuando Félix Revuelta no esté?
La UD Logroñés es una empresa en la que hay invertida más de 10 millones de euros. Si no continúa, es un fracaso. Lo que quiero es dejar instalado un club con continuidad y ahora la UDL la tiene porque dispone de esas bases. Lo que tenemos hoy en día lo tienen muy pocos equipos en España. Ahora vamos a tener más. Vamos a abrir muy pronto la cafetería y estamos pensando en hacer  doce pistas de pádel cubierto para dar ese servicio a los socios del club y a la gente de Logroño, para que tengan espacio de un deporte en auge. Tenemos un terreno al lado de la balsa desaprovechado y además habrá que aumentar el parking. Si le queremos dar vida social al club, tenemos que tener más aparcamiento. Ahora esto no tiene dudas. Nosotros tenemos aquí una inversión de casi 8 millones de euros y está ahí, en propiedad de la UD Logroñés. 

¿Qué siente cuando ve lo que se ha construido?
Me siento abrumado. Creo que es lo más bonito que voy  a dejar en mi tierra. No había nada igual y ya lo hay, es una realidad. En EstadosUnidos, cuando un club empieza a funcionar lo primero que tiene que tener es instalaciones y nosotros ya las tenemos. El problema que teníamos en Logroño es que los políticos no se creían los proyectos.

¿Qué va antes: una buena base y que la UD Logroñés se convierta en una de las principales canteras de la zona norte o que el equipo se consolide en el fútbol profesional?
Todo va ligado, no lo entiendo de manera separada. Fíjate en el Villareal. El año pasado facturó 100 millones en jugadores y este año lo está pagando. Y esos 100 millones se repercuten en la región. La economía se basa en la riqueza de una región. Y si nosotros el día de mañana facturamos 100 millones, esos recaen en nuestra ciudad. La Unió Deportiva Logroñés ahora tiene 98 trabajores. Cada año me cuesta, como el año pasado que cerramos con pérdidas de casi un millón de euros. Pero ya lo sacaré después.

¿Esta inversión le gustaría verla reflejada en mayor masa social?
Ahora mismo nuestra masa social está encantada. Si nosotros no hubiéramos hecho una Ciudad Deportiva, con el descenso a Segunda RFEF, ¿crees que sería posible tener los casi 4.000 socios que tenemos? Más de la mitad se hubieran ido porque pensarían que este es un proyecto sin futuro. Es lógico. Pero respecto a la pasada temporada, hemos perdido entre 400-500 socios. La Ciudad Deportiva era un proyecto de futuro y sin ella este año no sería igual.

¿Hay una fecha estimada para que comience la Segunda Fase?
Sí, cuando estemos en Segunda (ríe). Ahí ya tendremos 'dinerito' y capital.