Sin ningún daño personal y con perjuicios materiales en evaluación por parte de los municipios, el principal temor por las consecuencias de las tormentas de la tarde del sábado reside en la viña. Con el resto de producciones agrícolas ya recogidas -quedan muestras testimoniales de alguna fruta, como la manzana- los ojos del campo y de otros sectores económicos se han puesto en la evolución de la uva, en un año ya de por sí complicado para los viticultores riojanos.
Igor Fonseca, secretario general de ARAG-Asaja, contextualiza este justificado temor en que el volumen de las lluvias del sábado llegó a superar en Alfaro y Haro los 35 litros por metro cuadrado, cantidades que llevan al desasosiego en este estadio de la vendimia y con la uva en un estado de maduración «correcto». La viña pide «tiempo fresco, sol y cierzo», argumenta Fonseca, que recuerda que llueve sobre mojado porque a inicios de septiembre las precipitaciones ya habían caído sobre el viñedo.
«El agua en estos momento no es nada positiva», constata el responsable de la organización agraria, que informa demás, de que algunos de sus asociados han relatado que en pueblo vecinos de Nájera cayó piedra y, aunque ayer desconocía el grado de afección en el viñedo, augura que, como suele ser habitual, dependerá de zonas y parcelas.
Al respecto, el responsable de ARAG-Asaja razona que, con esta humedad y, en particular, si la viña ha resultado afectada por el granizo, puede aparecer la «temida» botritis, un hongo que se desarrolla en condiciones de humedad y calor. «El cierzo sería el mejor fungicida para evitar que se propague la enfermedad», estima Fonseca, que argumenta que en una campaña, que «venía muy de frente», con una uva a la que se estima muy buena calidad, no ayudan estas lluvias.
«Esperemos que el tiempo nos deje el resto de la vendimia tranquilos, que se levante el cierzo, y que los viticultores puedan entregar las uvas», desea el secretario general de ARAG-Asaja, interés que comparte el coordinador sindical de la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR), Roberto Ruiz-Clavijo, que constata que no se han producido daños físicos en las cepas, aunque resalta, de igual manera, la preocupación por la aparición de enfermedades fúngicas.
«Puede aparecer los próximos días y reducir la calidad de las uvas y, consecuentemente, del vino», avanza el responsable de la Unión. Según explica, con temperaturas elevadas -hoy se esperan 25 grados en Logroño, 24 en Haro y 23 en Calahorrra- se puede incrementar la presión del hongo, lo que facilita la proliferación de manera más acelerada la botritis.
Las zonas afectadas se extienden por todo el territorio de la comunidad, Nájera y municipios vecinos, Murillo o Alfaro, aunque Ruiz-Clavijo señala que este exceso de humedad es generalizado. «Todo va a depender de lo que sucede en los próximos días, el viento del norte es el mejor efecto para contrarrestar el peligro», señala. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) prevé lluvias en el conjunto de la comunidad el jueves, que se sumarán a las caídas el sábado, que fueron de 36,4 litros por metro cuadrado en Alfaro;35,7, en Nájera;20,5 en Logroño;o 19,1 en Yerga.
Hasta ayer, se habían recogido 35 millones de kilos de uva, con la vendimia extendida, en el caso de la blanca, por el conjunto de la Denominación, y en Rioja Baja y Alavesa con la tinta ya iniciada.