La Rioja se acostó con la preocupación latente de la crecida del Ebro, ante la posibilidad que el caudal sobrepasase los niveles máximos de la última década. Hacia las diez de la noche de este martes, el río alcanzaba una altura de 3,45 metros de altura a su paso por Logroño, por donde a esa hora bajaban 739 metros cúbicos por segundo, lejos en ese momento de las previsiones que manejaba el Ayuntamiento, de alcanzar de madrugada entre 1.000 y 1.200 metros cúbicos y 4,5 metros de altura. Para convertirse en la mayor riada de la década, el Ebro tendría que superar los 1.550 metros cúbicos por segundo de febrero de 2015. En diciembre de 2021, el cauce volvió a poner en aprietos a la Comunidad riojana con avenidas de agua de hasta 1.411 metros cúbicos en la capital y de hasta 2.500 en Alfaro. Para hacerse una idea del calibre de la riada, el máximo caudal alcanzado el pasado mes de enero en Logroño fue de 266 metros cúbicos, prácticamente la tercera parte de lo que la Confederación Hidrógráfica del Ebro (CHE) medía anoche. En todo 2023, el Ebro no pasó ningún día de 482 metros cúbicos y un nivel de 2,58 metros de altura.
Ante los pronósticos de la CHE, El Ayuntamiento de Logroño activó un dispositivo especial de seguimiento y control ante el aumento del caudal del río Ebro a su paso por la ciudad, con una previsión de caudal de entre 1.000 y 1.200 metros cúbicos por segundo y una altura estimada de 4,5 metros. Con todo, con los datos disponibles no se preveía lo que se considera una avenida extraordinaria, sino normal por las lluvias registradas y los desembalses de los pantanos de Mansilla, en La Rioja, y de los de la zona de Burgos y Álava.
Así lo detalló a EFE el concejal de Interior, Francisco Iglesias, quien hizo un llamamiento a la ciudadanía para que se aleje de la ribera del Ebro y de zonas de pesca habitual y esparcimiento canino, como medidas de precaución ante posibles crecidas del río, aunque se mantiene la zona controlada. Insistió en el llamamiento del Ayuntamiento a las personas que cami-nan por la cercanía del Ebro a que intenten alejarse de las zonas de la ribera habituales y transiten por las áreas altas de los paseos.
Vigilancia. Los Servicios de Protección Civil del Ayuntamiento, Bomberos y Policía Local mantenían ya ayer controladas las zonas más susceptibles de anegarse. SOS-Rioja informó de que la previsión de llegada del caudal máximo a Logroño de madrugada dará lugar a algunas afecciones, como por ejemplo el corte de las pistas en el aeropuerto de Agoncillo. El caudal del Ebro se juntará al del río Aragón, que también bajará muy crecido, donde podría dar problemas durante la segunda mitad de hoy en la zona de Alfaro. También se registró durante la jornada de ayer una crecida importante en el Ega, aunque no se espera que sea suficientemente grande como para llegar a generar afecciones en Rioja Baja.
Alfaro confía en la mejora de los mazones
La alcaldesa de Alfaro, Yolanda Preciado, afirmó este martes a Efe que el Ayuntamiento de la localidad mantiene la vigilancia sobre el Ebro, sobre todo, ante un aumento del caudal del Aragón, que nace en el Pirineo y que desemboca al inicio del término de esta localidad. También precisó que la obra acometida en Alfaro por la CHE, dentro del proyecto Ebro Resilencia, «nos da cierta tranquilidad», ya que ha permitido minimizar los efectos de avenidas de caudal en esta localidad, que provocaban la rotura de los mazones. En Alfaro, al mediodía de este martes el caudal del Ebro en Alfaro era de 1.100 metros cúbicos por segundo (m3/s) y la previsión para este miércoles era de que, a mediodía, subiera al promedio de entre 2.200 y 2.300, detalló la edil. Es un caudal importante, pero, al quedar retranqueados los mazones con la obra del proyecto Ebro Resilence, el agua se expande, se genera un efecto embalse y no se provocan inundaciones ni rotura de estas estructuras, como ocurría hace unos años, subrayó Preciado.