Los problemas de cobertura que arrastran algunas zonas de los Cameros, de los Nuevos y de los Viejos, quedaron en evidencia el pasado 12 agosto tras el fallecimiento de un joven motociclista que colisionó con una furgoneta en la N-111, en el término municipal de Lumbreras. «Hubo problemas para contactar con los servicios sanitarios», detalla Juan Carlos Gutiérrez, alcalde de Villanueva de Cameros y, por turno, actual presidente de la Hermandad de las Trece Villas. De hecho, Lumbreras permaneció sin señal entre el 5 y el 21 de agosto. Unos problemas de cobertura, prosigue Gutiérrez, «que se acentúan de Villanueva hacia arriba», es decir, en dirección a tierras de Soria, y en Lumbreras, por reiteración, genera ya «cierto hartazgo», admite Rafael Loyo, gerente del parque de aventura y del albergue de la localidad camerana.
No se trata solo de la incomodidad que generan «los continuos cortes, sinjo que afectan también a los negocios ya que los posibles clientes no pueden contactar con nosotros». Y lo que, si cabe, es aún más grave, «el día que tengamos una urgencia estamos vendidos», detalla entre evidentes signos de hartazgo. «Son cortes que se producen muchos días y durante muchas horas», añade Loyo, quien recuerda que la aldea de San Andrés, dependiente del municipio camerano, «lleva ya dos veranos seguidos en los que durante varias semanas no tuvieron nada de cobertura».
Los fallos en la señal de telefonía también se pusieron de manifiesto la pasada semana. «El miércoles anterior al Pilar, en plena recepción de reservas -detalla el gerente del parque de aventura- nos quedamos sin cobertura. Cuando volvió, empezamos a llamar a todos los teléfonos que salían y que no habían podido contactar con nosotros». Y había gente, lamentan desde Lumbreras, «que ya había hecho otros planes para el puente». Es más, hay vecinos y visitantes que «disponen de dos números con dos compañías diferentes para si no funciona una, tirar de la otra», explica.
La situación harta aún más a los vecinos de Lumbreras ya que recientemente se ha desplegado cobertura en el interior del túnel de Piqueras, «pero no llega ni a San Andrés, ni al propio municipio». En los mismos términos se expresa también Javier López, alcalde del Ayuntamiento de Lumbreras, quien además, alza la voz por las limitaciones que impone este contexto de aislamiento en las comunicaciones. «Nadie va a venir a montar un negocio a la localidad con este tipo de infraestructura telefónica».
A unos problemas parecidos se enfrentan también a diario en la Venta de la Luz, conocida también como Venta de Piqueras. Pero más allá de las reservas, el restaurante próximo al túnel que encamina ya hacia tierras sorianas, «no puede ni siquiera cobrar con datáfono, sencillamente, porque no hay conexión». De hecho, este periódico intentó contactar ayer con los responsables de la Venta y el teléfono de contacto daba apagado o fuera de cobertura si bien, no se pudo comprobar si el terminal realmente estaba apagado o, una vez más, fuera de cobertura.
Unos kilómetros más abajo en dirección a Logroño, en Villanueva de Cameros, también padecen similares problemas de forma puntual. La pasada semana «cayó Vodafone y funcionaba Movistar». Es un asunto que la Hermandad de las Trece Villas ya ha trasladado al presidente del Gobierno regional, Gonzalo Capellán, quien ha asumido el compromiso «de mirarlo», detalla Juan Carlos Gutiérrez.
Almarza, localidad perteneciente también al Camero Nuevo a los pies del puerto de La Rasa que conduce hasta el Viejo, su alcalde Alberto Muro relata, entre un hartazgo generalizado en la zona, la misma historia. «Tenemos cobertura día si, día no, y no se da ningún paso para solucionarlo».
Solo desde casa. Ya en los Cameros Viejos la situación va por pueblos. Mientras localidades como Soto, San Román o Laguna disfrutan de cobertura, municipios de menor entidad como Ajamil o Rabanera pelean a diario por las rayitas que marcan la cantidad de cobertura. Ya «en plena carretera, no hay forma», detalla Raquel, vecina de Jalón y cartera de esta zona de los Cameros.
En Vadillos, pedanía de San Román, sus cerca de diez vecinos habituales están acostumbrados a llamar o enviar Whatsapp desde sus casas, «donde cada uno tenemos nuestro servicio a través del teléfono fijo», comenta Antonia, vecina de la aldea y concejala de San Román tras los últimos comicios locales. En las calles de esta pequeña aldea camerana, entre casas mayoritariamente de piedra, la cobertura ya es una cuestión de fortuna.
En Velilla, otra aldea de la misma localidad camerana, y poblada de casas rurales, la suerte de la cobertura sonríe de otra forma. El servicio wi-fi instalado en San Román de Cameros inunda de cobertura la pedanía. Son muchas las llamadas que desde estos núcleos urbanos de la sierra riojana han realizado tanto al 112 como a las propias compañías de teléfono e incluso a la Comunidad autónoma. «Se termina solucionando, pero siempre se repiten los problemas».
Todos ellos elevan la voz cuando oyen hablar de la batalla contra la despoblación, pero la situación actual no ofrece confianza alguna «en caso de urgencias o para quien se plantee crear un negocio», asegura el alcalde de Lumbreras. «Si la urgencia pasa en verano -continúa López- aún hay gente para movilizarse, pero si ocurre en invierno la cosa cambia».
El nogal de Vadillos, un punto de cobertura entre un vacío de conexiones
Puede disponer de tintes similares a las ruinas de la serie El Pueblo, donde los vecinos acudían a 'coger' cobertura'. Pues algo similar ocurre en la aldea de Vadillos, en pleno Camero Viejo. Un gran nogal, situado en las proximidades de la entrada por carretera a la pedanía, ofrece algo de cobertura de telefonía móvil.
También la ladera que escapa de la aldea hacia otras ruinas de piedra, sobre un suelo de pizarras, ofrece igualmente algo de conexión para los teléfonos denominados inteligentes. El resto de la aldea de San Román es un vacío para las telecomunicaciones a excepción de los recursos implantados en el interior de las casas.
La necesidad demanda soluciones y en Lumbreras, cuenta que hay quien levanta el brazo móvil en mano para intentar «'robar' alguna rayitta de señal de los postes de Villoslada de Cameros».
Incluso en el mismo municipio camerano hay vecinos que disponen de dos números en dos terminales y con dos compañías diferentes, para estar cubierto de cobertura por si falla una.