La semana tuvo lugar el asesinato de Nuria López, una cocinera que trabajaba en la prisión de Mas d'Enric en El Catllar (Tarragona), a manos de un preso que posteriormente se suicidó. Este tipo de agresiones no son nuevas en las cárceles de España, ya que la media a nivel nacional es de una agresión cada 17 horas.
Por suerte, la prisión de La Rioja no ha tenido que lamentar muertes de este tipo en los últimos años. La prisión de Logroño no tiene registrados accidentes graves que ocurrieran en el pasado 2023, tan solo leves. La representante sindical de CSIF en la cárcel de Logroño, Marí Cruz Lázaro, cuenta que en los últimos años solo se han registrado dos incidentes, cuando un funcionario acabó con una conmoción cerebral y cuando a otra le rompieron los dientes.
El resto de agresiones se consideran leves, desde patadas hasta mordiscos, por ejemplo.
Aunque el miembro de la Ejecutiva nacional de Acaip-GT y coordinador territorial del sindicato de la cárcel de Logroño, Mariano Sanz, lamenta que el protocolo de la Secretaría General no recoja las agresiones verbales que algunos presos realizan hacia los funcionarios, desde insultos hasta amenazas veladas y faltas de respeto. «Es el día a día de todas las prisiones de España», asegura.
Por todo esto, miembros del sindicato Csif La Rioja se concentraron el viernes pasado en la puerta de la prisión de Logroño para expresar su repulsa por el asesinato de la cocinera de la prisión de Tarragona
Aparte, Cruz denuncia que la prisión de Logroño, que tiene un modelo C, tenga presos mucho más conflictivos de lo que debería. Critica que les están llevando presos que deberían estar en cárceles que sean modelos A y B construidas para presos «más conflictivos y con delitos mayores» porque «esta prisión no está preparada para albergar a este tipo de internos».
«Nos hemos quejado muchas veces y hemos pedido que nos traigan internos acordes al nivel de prisión que tenemos pero por una razón u otra no lo hacen», señala. «El País vasco, desde que tiene sus competencias, coge los presos que le vienen bien y los que no los mandan para Logroño, Soria o Burgos», apunta.